La realización de la VIII Cumbre de las Américas, en la que se tratará el tema “La gobernabilidad democrática frente a la corrupción”, está anunciada para los días 13 y 14 del próximo abril en Lima, Perú, y reunirá a los jefes de Estado de los 35 países de América. Ante el punto central de esta cita continental, cabe destacar que de acuerdo con los índices de percepción de la corrupción que adelanta la organización Transparencia Internacional, se tiene a Venezuela como la nación más corrupta de Latinoamérica y una de las 10 con mayor corrupción en el mundo.
Este reconocido indicador muestra los niveles de corrupción percibidos por especialistas con respecto al sector público en 176 países de todo el mundo y es elaborado por esa organización no gubernamental con sede en Berlín, cuyo principal objetivo es combatir ese flagelo. El pasado enero, también Venezuela registró la peor nota en el índice de presupuesto abierto elaborado por ese mismo organismo. Se trata de un ranking mundial que evalúa la gestión de los gobiernos en la administración de sus recursos.
Cero fue la puntuación obtenida por el gobierno de Nicolás Maduro por la falta de transparencia en las cuentas públicas, que tiene su origen en el cerco informativo levantado en torno a las finanzas del Estado, lo que ha permitido un manejo abusivo del dinero de todos los venezolanos.
Aunque el tema sobre gobernabilidad democrática y corrupción está más claro que el agua cristalina, la Cancillería declara que Maduro “asistirá puntualmente a Lima para defender la soberanía de nuestra América Latina y caribeña”. Esta infeliz declaración, además de considerarse una incongruencia, toda vez que no guarda la lógica relación con la agenda, nos indica a todas luces el desconocimiento del tema que tratarán los mandatarios, porque indudablemente, de saberlo a la perfección, los jerarcas de este régimen corrupto y violador de los derechos humanos ni remotamente dirían que van a asomar por allí sus narices. Pero eso no es todo. Esta información sobre la presencia del dictador en ese evento ha generado un fuerte rechazo y repudio, no solo por parte de la comunidad internacional sino también por el Congreso peruano, quien protestó el anuncio de la visita, y sus legisladores presentaron una moción para solicitar al gobierno que lo declare como persona no grata.
Es repudiable y condenable que un genocida como Maduro pretenda asistir a la Cumbre de las Américas. El dictador, personaje indeseable, está acusado de crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional de La Haya, en la que cursan varios expedientes muy bien documentados con numerosas denuncias. La Fiscalía de esta Corte ya abrió un examen preliminar sobre el empleo de fuerza excesiva y graves abusos cometidos por la policía para reprimir las manifestaciones del pasado año que dejaron un trágico saldo de 135 muertos.
Serán miles y miles los venezolanos exiliados que, conjuntamente con sus hermanos peruanos en las calles de Lima, rechazarán esta visita si es que se atreve a poner un pie en ese país.