COLUMNISTA

Pedid por la paz de Jerusalén;sean prosperados los que te aman

por Edwuind Pérez Palmar Edwuind Pérez Palmar

Venezuela, en gran medida, ha estado a la altura del título de este artículo. la Torah, en el Salmo 122:6 señala: “Pedid por la paz de Yerushalem; que gocen de paz los que te aman”. Esto se confirma cuando se revisa la historia; durante el siglo XX Venezuela ha estado muy atenta a brindar su apoyo a la nación de Israel. Según Escovar, 2018, “Venezuela en 1939 abrió sus puertas a 251 judíos que huían de la persecución y el totalitarismo nazi en Europa”.

Del mismo modo, en 1947, Venezuela votó en las Naciones Unidas a favor de la creación del Estado de Israel, y en 1948 reconoció la independencia del nuevo Estado judío. Por tanto, para quienes tienen un afecto por la obediencia a D-os, la fe cristiana y aman la libertad y la visión occidental del mundo, es conveniente que se rectifica el fatídico error del pasado. Hace casi 10 años (2010),  el entonces presidente de Venezuela declara  una terrible maldición sobre Israel. Error que se comete por el desconocimiento que se tiene de la  Torah o la Ley del Antiguo Testamento de la Santa Biblia: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la Tierra”, Génesis 12:3. Claramente se comete una equivocada decisión, incluso de romper relaciones diplomáticas, políticas y comerciales con Israel.

Venezuela, un país que la historia reciente ha caracterizado como una nación con fuerte e históricos lazos con Israel, le conviene en gran medida reivindicarse con el D-os Altísimo. El hecho de que un gobernante en el pasado haya cometido el error de declarar maldición contra el Estado judío no significa que toda Venezuela haya apoyado tal error. Muchos venezolanos tienen una respetada obediencia a D-os y, en ese sentido, muy necesariamente se debe tratar de rectificar y pedir perdón a D-os porque el día que Venezuela pida ese perdón  a D-os por el error de un gobernante, sobre la nación venezolana se abrirían los cielos de bendiciones; es una promesa bíblica que al bendecir Israel serán bendita todas las familias de la Tierra, e incluso quienes piden por la paz de Jerusalén gozarán de prosperidad. Algo que sí queda claro es que D-os no es hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirse y, en tal caso, las promesas bíblicas Él las cumple cuando las naciones reconocen su poder y amor como Creador de la humanidad.

En ese sentido, remitirse a la historia demuestra que Venezuela siempre ha estado del lado de la valiente nación judía, nación que tanto ha superado obstáculos para ser hoy un país ejemplar de desarrollo, superación, fe y esperanza para sus ciudadanos; Israel actualmente es el modelo de país que el mundo en libertad debe construir. De allí que la iniciativa del presidente (E) Juan Guaidó es una de las mejores opciones que tiene el país para reconducir su camino en el concierto de las naciones libres del mundo. Declaró el presidente (E) Guaidó: “Me complace mucho informar que el proceso de restablecer relaciones con Israel está en su mejor momento”. Más aún declara el presidente (E)  “…La comunidad judía es muy activa y próspera, una que ha contribuido enormemente a nuestra sociedad”.

De ello no hay duda, ciertamente la nación de Israel cuenta con los mejores avances de desarrollo en ciencia, tecnología, educación, investigación y seguridad para su gente. En ese sentido, restablecer relaciones con Israel no debería ser únicamente diplomáticas (que por cierto restablecer esta  relación debería implicar la ubicación de la embajada venezolana en la bíblica capital de Israel, Jerusalén); restablecer relaciones con Israel debe trascender más allá, un país que amerita reconstrucción, tal es el caso venezolano, ayudaría mucho aprender de la experiencia israelí de cómo un país en el desierto, sin recursos naturales, con menos de 8 millones de habitantes y donde sus vecinos día a día lo atacan, hoy puede ser una de las economías más prósperas, con ciudadanos educados y formados con los más altos niveles y estándares del mundo  y, donde los indicadores de desarrollo humano, incluso, superan a cualquier país europeo, vivo ejemplo de que Venezuela debe dirigir su reconstrucción bajo la orientación de países realmente avanzados y con lazos históricos demostrados, Israel es una opción para que Venezuela se vincule al orden mundial de países desarrollados y prósperos del siglo XXI.

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