En Ginebra, Suiza, se está escenificando otro episodio de la pelea de dos gigantescas bandas que internacionalmente pugnan por quedarse con el producto del robo a la patria de 10 billones de dólares. Esto podríamos llamarlo “Pelea a muerte entre los camaradas que antes fueron”.Lo extraño es que en esa pelea ni siquiera han mencionado a quienes por razón de los puestos que han desempeñado es imposible que no estuvieran enterados de los hechos, como son Rafael Ramírez Carreño, presidente de Pdvsa por 10 años; Delcy Rodríguez y Tareck el Aissami, quienes igualmente allí han ocupado altos cargos.
La historia
El negocio del petróleo funciona vendiéndolo en subastas, se le adjudica al que ofrece el precio más alto. Para producir el petróleo se necesitan determinados productos que son adquiridos también por sistema de subastas al precio más bajo posible. La ganancia radica en vender al precio más alto posible y comprar al precio más bajo posible. Todos estos procesos se llevan en programas computarizados a los que solo tienen acceso muy pocas personas bajo estrictas medidas de seguridad y de la más alta confianza de la junta directiva, puesto que de eso depende que haya mejores ganancias en las ventas y los más bajos desembolsos por las compras.
Cómo robaron
Según se ha sabido por investigaciones de periodistas, entre otros Maibort Petit (ver: (https://maibortpetit.wordpress.com/2018/04/10/maibort-petit-entretelones-de-la-demanda-que-podria-complicar-futuro-de-pdvsa/), en los juicios que se han escenificado en la Corte Federal del Distrito Sur de Florida y en la Fiscalía de Ginebra, una persona de nombre Francisco Morillo tuvo acceso y pudo clonar los cerebros de las computadoras y con ello se lucró por años comerciando con esos secretos,de modo que las ganancias en vez de ir a Pdvsa iban a sus bolsillos y así llegó a robar más de 10 billones de dólares entre 2004 y 2014.
Pero ese hombre no robaba solo, era un grupo que tenía por detrás a su partner Wilmer Ruperti. Entre ambos controlaban una megabanda con ramificaciones en todo el mundo, crearon una red de 42 compañías que intermediaban en esas ventas y compras de Pdvsa, la más importante se denomina Trafigura, pero también otra registrada en Panamá denominada Helsinge Enterprise. Todo en una gran impunidad, pues estaban protegidos por altos dirigentes, primero del régimen de Hugo Chávez y después de Nicolás Maduro, con quienes compartían parte de los dineros robados a la patria.
Se dividió la banda
Pero, como suele suceder, los bandidos se pelearon por los repartos, a Rafael Ramírez lo botaron de Pdvsa, entraron nuevos jefes para seguir manejando aquella mafia. Gran parte del botín quedó en manos de Francisco Morillo y de Leonardo Baquero, por lo que Ruperti, ahora aliado de Maduro, se lanzó en un ingenioso y atrevido plan para quitárselos y legitimarlo utilizando el sistema de justicia de Estados Unidos y también el de Suiza.
El plan Ruperti
En julio de 2017 fue creada una firma privada en Nueva York denominada US Pdvsa Litigation Trust, a la cual le traspasaron de manera “irrevocable” todos los derechos para recuperar esos dineros robados a nuestra empresa petrolera. El contrato lo firmaron, entre otros, el abogado de Cilia Flores, Reinaldo Muñoz, quien se hace llamar procurador general de Venezuela; también por Nelson Martínez, entonces ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, por una parte, y por la otra el bufete de abogados que llevó la defensa de los narcosobrinos bajo contrato de Ruperti, bufete que en este caso fue autorizado para ejercer las acciones legales para la recuperación de esos dineros a cambio de 66% de lo que se recuperara, además de descontar los gastos, o sea, se llevaban todo, o casi todo, porque según declaración jurada de un testigo a Ruperti le tocaba 6% de lo recuperado.
Ese contrato pos sí solo es un delito ya que se formó pasando por encima de la obligación constitucional de la autorización de la Asamblea Nacional.
Primera demanda
Con ese contrato introdujeron una demanda por ante la Corte Federal del Distrito Sur de Florida (Caso 1:18 CV-20818-BPG) contra 42 “conspiradores” para la devolución de esos dineros robados. Allá fuimos en nuestra condición de ciudadanos venezolanos y después de estudiar el caso presentamos un escrito oponiéndonos a aquella demanda, básicamente porque ese contrato era ilícito. Al final el tribunal rechazó dicha acción.
Segunda demanda
El segundo litigio de esta trama se escenifica en Ginebra, Suiza. Allá el compadre de Cilia Flores, el abogado Reinaldo Muñoz Pedroza, otorgó poder a un abogado de la zona, y lo hizo en doble condición, como procurador –que no lo es– y también en exceso de abuso en nombre de Pdvsa. Así facultó al abogado suizo para acusar penalmente a Francisco Morillo y Leonardo Baquero como únicos autores del antes explicado robo a la petrolera venezolana, y así, de 42 que demandaron en Miami redujeron solo a 2 en Suiza. No hay explicación del por qué no tocaron a los otros 40; también omiten decir cómo pudieron estos 2 individuos en solitario ejecutar semejante acción delictiva continuada por tantos años sin que los altos jefes de la petrolera venezolana ni cuenta se dieran.
No demandan a Rafael Ramírez, ni a los otros directivos de Pdvsa
La organización delictiva antes mencionada no habría sido posible que se desarrollara sin conocimiento ni participación de los jefes de la industria, tampoco de los jefes de los gobiernos que la han manejado a su antojo. Hasta ahora en los escritos de demanda en Estados Unidos ni en Suiza han incluido a quien presidió Pdvsa desde el año 2004 hasta 2014, ni tampoco a la actual vicepresidente del régimen de Maduro, Delcy Rodríguez, quien ha estado en su directiva como vicepresidente e integrante de la junta directiva al igual que lo ha estado Tareck el Aissami.
Nosotros sí que los vamos a demandar
Estamos llevando un escrito al expediente en Suiza donde procedemos a denunciar lo antes expuesto y expresamente acusaremos como coautores del desfalco a Pdvsa a Rafael Ramírez Carreño, a Delcy Rodríguez, también a Tareck el Aissami, entre otros. Acusaremos además a Nicolás Maduro, puesto que resulta imposible que cuando menos no estuviera enterado del megarobo que se ejecutó durante años y que incluye el tiempo en que él ha permanecido ocupando el cargo de la Presidencia de la República, y más aún cuando según el propio Reinaldo Muñoz Pedroza esa actividad delictiva permanece en curso actualmente.
De todo esto hemos notificado a nuestras autoridades legítimas.
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