COLUMNISTA

Patria o muerte

por Leopoldo López Gil Leopoldo López Gil

Algunas veces nos preguntamos si las frases que dicen algunos políticos tienen sentido, y las más de las veces debatimos qué sentido tienen, dado que no ofrecen una explicación ni lógica ni filológica. Es este el caso de una de las frases del fallecido tirano de la isla caribeña, que aparentemente impresionó tanto a su hijo putativo, el dictador galáctico venezolano, que este la adoptó e impuso hasta que la pelona le guiñó y por temor o respeto la retiró de nuestro léxico oficial. Decían “Patria o muerte” sin explicar nunca qué era lo que ofrecía esta propuesta.

La historia de la frase es más o menos así: en 1960 los revolucionarios cubanos importaron armas y municiones desde Bélgica en un buque francés, La Coubre, navío del que se desembarcaba de forma irregular material explosivo en el puerto y accidentalmente estalló. Hubo muchos muertos, que fueron acompañados en sus exequias por un interminable discurso de Castro en el que acuñó la triste frase.

¿Se trata de ofrecer solo muerte a quienes por alguna razón no comparten la misma idea de patria o se trata de ofrecer el trágico final de no ser capaces de construirla?

Ante la ya muy lamentablemente confirmada destrucción de nuestra patria y la muy comprobada incapacidad de construir o ni siquiera mantener una mínima expresión de ella, pareciera que el régimen bolivariano con su nuevo gendarme Nicolás al mando ni se preocupa por ofrecer patria, ya solo amenaza y promete, y también reparte generosamente mucha muerte, es la única oferta vigente, así pues se vuelve realidad la promesa de la oferta chavista lustros después.

Escribió Rainer María Rilke que ante la decepción de las guerras por lo que algunos prometían como patria para él: šLa única y auténtica patria del hombre es su infanciaš.  Ningún venezolano puede aceptar, comprender, perdonar que los gerifaltes rojos hayan escogido quemar, destruir, desechar alimentos y medicinas, que calmarían las angustias y dolores de casi medio millón de compatriotas por el engaño de mantener vivo el espejismo de una falsa patria.

Se puede engañar a muchos siempre, pero no se puede siempre engañar a todos. Venezuela necesita y recibirá la ayuda humanitaria que hasta hoy la canalla camarilla vilmente ha impedido.