El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablará en la próxima sesión de la Asamblea General de la ONU y allí tocará el tema Venezuela. Sin duda será un discurso duro y muy probablemente dicte sentencia de muerte contra la dictadura de Nicolás Maduro, que no otra cosa significaría que la catalogase como una amenaza para Estados Unidos, pues así comenzó el desenlace de la dictadura de Manuel Noriega en Panamá.
Me atrevo a vaticinar que pronto se producirá una imputación formal de la Fiscalía de Estados Unidos por lo menos contra Diosdado Cabello por una cadena de delitos relacionados con el narcotráfico y se dictará su detención, si no es que ya ha ocurrido y se mantiene bajo secreto (sellada), lo cual es permisible en el proceso penal (Federal Rules of Criminal Procedure) que estipula la denuncia ante un Gran Jurado como punto de inicio, en el que se determina si hay causa probable y en caso positivo este formaliza acusación (Indictment) y se ordena la detención. Así ocurrió, por ejemplo, con el caso de los sobrinos Flores. No es imposible que en tal caso también se incluya a Maduro, Padrino y otros, y allí estará no solo la justificación legal sino la obligación de buscarlos para llevarlos ante un tribunal federal.
Dos más dos siguen siendo cuatro
Recordemos que los más altos funcionarios del gobierno estadounidense han estado denunciando las actividades ilícitas de Maduro y de Cabello. El lenguaje de Trump al respecto es cada vez más duro; la embajadora ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, ha declarado que el pueblo de Venezuela “es víctima de un narcoestado criminal” y que “para la seguridad de todos los pueblos de América Latina es hora de que Maduro se vaya”. Mike Pompeo, secretario de Estado, también ha estado haciendo alusiones y hasta anuncios indicativos de que algo fuerte ocurrirá. Trump no ha escatimado señalamientos contra el régimen, lo tiene entre ceja y ceja. Y si seguimos en las matemáticas tenemos que sumar el hecho de la significativa abstención de Estados Unidos y Colombia a firmar el comunicado del Grupo de Lima negando la posibilidad de una salida distinta a la negociación.
Otros detalles
Aquí en Miami tengo un buen amigo que hace política y que es también amigo del senador Marco Rubio. Meses atrás le pedí que fuéramos a hablar con él sobre la necesidad de una intervención militar. Mi amigo me respondió: “Ni se te ocurra, ¡en esa oficina está prohibido hasta hablar de ese tema!”, y de repente el senador aparece hablando sobre la amenaza a la seguridad de la región que implica el régimen madurista y que “las circunstancias han cambiado” a favor de la opción militar.
Qué ganaría Trump
En Estados Unidos está próximo un proceso electoral para formar el Congreso, que implica un juzgamiento a la mitad del período presidencial. Una actuación de rescate de Venezuela será factor decisivo para conquistar el cada vez más grande mercado del voto latino.
Remember Panamá
En el mes de mayo de 1988 la Fiscalía de Estados Unidos presentó una denuncia contra el general Manuel Antonio Noriega, a la postre jefe del gobierno de Panamá, ante la Corte del Distrito Sur de Miami bajo cargos de narcotráfico y lavado de dinero. Se convocó a un jurado, que decidió formalizar acusación y ordenar la detención para llevarlo a juicio, todo lo cual se mantuvo en secreto, o sellado, que es como se le denomina en las reglas procesales, como antes dijimos. Con base en tal actuación judicial el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ordenó la operación denominada “Just Cause” para ejecutar el arresto. Tal fue la justificación para que fuerzas militares norteamericanas iniciaran el operativo de captura en Panamá el 20 de diciembre de 1989, que culminó con Noriega juzgado y condenado a 40 años de cárcel según sentencia que dictó la Corte en julio de 1992 y que se cumplió hasta el último día.
¿Habrá una operación “Just Cause” en Venezuela?
¿Por qué no?
Hay muchas similitudes
El cielo encapotado anuncia tempestad.
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