Comienzo por lo que dice todo el mundo: si se puede salir del caos en que está hundido y fundido el país mediante un entendimiento, mejor que mejor. Dichas estas cosas en las que creo, además de ser políticamente correctas y aceptables por las buenas almas dialogantes, hay que decir que la negociación actual de Maduro con un sector opositor está podrida, porque conduce a la perpetuación del régimen.
Los objetivos del régimen son, entre otros:
1.- Reconocimiento de la constituyente, lo cual ya ha ocurrido con las convocatorias electorales hechas y la humillación de los cuatro gobernadores de Acción Democrática, así como la presumible subordinación de los alcaldes que se van a seleccionar (no a elegir) en la mamarrachada electoral próxima.
2.- Chantajear a los directivos de la Asamblea Nacional, especialmente a Julio Borges, a quien solo queda poco más de un mes como presidente, para que, a cambio de un falso reconocimiento a la AN, esta proceda a aprobar una reestructuración de la deuda externa que es imposible porque no hay cómo pagarla ni ahora ni después, a menos que ocurran cambios en la política económica que un régimen forajido como el de Maduro no puede hacer.
3.- Ofrecer una falsa metamorfosis del CNE con dos rectores de la oposición, dos del régimen y uno de mutuo acuerdo, lo cual es absolutamente hipócrita, porque jamás renunciarán al control pleno sobre el instrumento que les garantiza –según creen– su fachada democrática electoral; sugiero a los despistados leer las intenciones de Maduro: “Les he dicho [a los opositores] que mañana serán las mismas máquinas, el mismo CNE, la misma Tibisay Lucena quien diga quien ganó el 10 de diciembre y será la misma Tibisay Lucena quien anuncie el nuevo presidente en 2018”.
4.- Ofrecer libertad de los presos políticos cuando lo que ha hecho recientemente es escarnecerlos, al permutar la libertad de algunos a cambio de obligarlos a ser la comparsa “opositora” de sus fraudulentas elecciones corrompidas o permitir la inscripción de Rosales para que su partido abandere la bufonada dialogante.
5.- Tratar de envolver en su maniobra a Soy Venezuela y las conductas transparentes de María Corina y Antonio Ledezma, para que los del régimen y los dialogantes opositores digan “estamos todos” en la podrida maniobra.
6.- Desarticular al valeroso Luis Almagro, secretario general de la OEA, y tratar de que los opositores dialogantes se conviertan en los promotores de la eliminación de las sanciones internacionales al bandidaje.
Esa negociación está podrida. No insistan. Es que fracasan con pasión.