Cada vez se fortalece más la presencia de la fuerza femenina en el ámbito de los emprendimientos; sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. A pesar de que las mujeres son económica y laboralmente activas, en el porcentaje total de emprendedores, este género ocupa pocos cargos directivos. De allí la importancia de reconocer y fortalecer su viabilidad en cuanto a la participación de las mujeres en este mercado.
Por otro lado, existen muchas circunstancias que influyen en estas barreras, y una de ellas es la autolimitación basada en la falta de confianza en sí mismas que caracteriza a las féminas. Generalmente, no creen que sean capaces de independizarse y hacer realidad una idea que las lleve a ser exitosas en grande, desarrollando proyectos propios. Dentro de los estereotipos establecidos en la sociedad es el hombre quien asume esos retos y está al frente de empresas destacadas dirigiendo grandes equipos de trabajo.
Igualmente, cuando tienen esposos e hijos, deben enfrentarse al gran dilema en cuanto a llevar adelante su familia sin sacrificar la atención de calidad que desean dedicarles. Por esta razón, se exigen a sí mismas para dar el todo, en especial, si no cuentan con una pareja que les acompañe en sus metas profesionales o laborales. El respaldo del conyugue puede ser una forma viable para lograr el equilibro deseado, de no ser así, muchas veces terminan renunciando a sus aspiraciones de emprendimiento.
Así mismo, las mujeres por ser naturalmente sensibles, tienden a verse más afectadas en su motivación ante los obstáculos o fracasos que caracterizan los emprendimientos. Fallar o fracasar es un riesgo que debe ser asumido como parte del reto de emprender y que se puede presentar. Las personas emprendedoras deben ver estas situaciones como parte de su crecimiento y desarrollo profesional que les permitirá seguir adelante y alcanzar el éxito a largo plazo. Por esta razón, las féminas emprendedoras deben aprender a manejar positivamente esos casos y dejar a un lado el fatalismo.
Algunas recomendaciones finales, para las mujeres emprendedoras, son mantener ante todo la motivación individual, basada en las satisfacciones que brinda la independencia o libertad, en cuanto a sus metas futuras. Tampoco, se debe aspirar a la perfección, sino disfrutar del crecimiento que brinda el aprendizaje y dedicarse a un proyecto propio, lo cual les permitirá realizarse laboralmente haciendo lo que más les satisface, teniendo presente, además, que no existe una fórmula mágica.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional