El mildiu de la vid es una grave enfermedad causada por el hongo Plasmopara vitícola (Berk & Curt.) Bert. & de Toni, a nivel mundial; siendo la patología más dañina en el trópico, donde las condiciones climáticas son mayormente favorables para este parásito. Dichas condiciones se resumen a la presencia de lluvias continuas, que mantienen agua líquida sobre los órganos, en presencia de temperaturas altas alrededor de los 25 °C, y que generan una alta humedad ambiental. En el trópico, esta enfermedad limita el cultivo solo a zonas áridas, donde el volumen de lluvias es bajo y su distribución es bastante estacional y fija durante el año.
El hongo ataca todos los órganos verdes de la planta especialmente las hojas tiernas. Los primeros síntomas aparecen en la cara superior de la hoja, se observan manchas amarillentas, parecidas a manchas de aceite, que días después se cubren de un micelio blanco en la cara inferior de la hoja.
Si la infección coincide con el período de aparición de las inflorescencias, el hongo avanza y las invade; en consecuencia toman un color parduzco, adquiriendo la forma de la letra “S”, se secan y finalmente se caen, perdiéndose parcial o totalmente dichas inflorescencias y por supuesto, los racimos de uvas que ellas formarían. Cuando el ataque se produce luego del cuajado de los frutos, también es muy peligroso, pudiendo atacar internamente los pedúnculos, produciendo necrosis interna del raquis -órgano que sostiene las uvas en el racimo- lo que genera la marchitez de parcial o total del mismo, produciéndose pérdida parcial o total de la cosecha.
Las variedades de Vitis vinífera L., vid europea más cultivada en el mundo, son las más sensibles a la enfermedad. El control preventivo es el más exitoso; en el trópico se puede programar la poda de manera que el período de crecimiento vegetativo, con sus fases de brotación, floración y cuajado del fruto, ocurra en los días ausentes de lluvias o de rocíos matutinos, fases donde la planta es más susceptible al ataque del patógeno. Inevitablemente hay que recurrir al control preventivo con fungicidas para evitar la infección de la planta o para tratar de erradicar el hongo de su tejido, una vez infectada. Sin embargo, en la mayoría de los casos, cuando las condiciones climáticas son muy favorables al parásito, en las fases críticas señaladas, no hay un control efectivo para esta grave enfermedad.
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