La tasa de cambio real, efectiva, de estos días es prácticamente –y sin el prácticamente–, mil millones de bolívares por un solo dólar. La cuenta es sencilla, si continuamos la numeración monetaria que existía cuando el predecesor de Maduro empezó su primer gobierno, entonces la tasa no es de 1 millón de bolívares por dólar sino de mil millones de bolívares por dólar. Recordemos que la “reconversión monetaria” le quitó tres ceros al bolívar.
A comienzos de febrero de 1999, la tasa de cambio libre se ubicaba en la vecindad de 560 bolívares por dólar. Poco más de 19 años después se ubica en 1.000.000.000 de bolívares por dólar. Y aumentando de manera veloz hasta el punto de que reconocidos economistas estiman que, a este ritmo, la tasa de cambio puede llegar a finales del presente año a la cifra de 7 millones de bolívares por dólar, es decir, 7.000 millones de bolívares por dólar, en la numeración cambiaria previa.
Cuando el bolívar estaba a 560 por dólar, el salario mínimo legal era de 100.000 bolívares, es decir, casi 180 dólares. Cualquier ciudadano podía ir a una agencia bancaria y cambiar los 100.000 bolívares por los casi 180 dólares, y en efectivo contante y sonante… Y lo más probable que de manera inmediata, o acaso esperando uno o dos días a lo máximo. Recordemos, también, que aquellos eran tiempos de una crisis severa en el mercado petrolero internacional, que había derrumbado los precios hasta por debajo de los 10 dólares el barril.
En la actualidad, el salario mínimo es de 392.546 bolívares, lo que equivale a 39,2 centavos de dólar. Si se le agrega el bono de alimentación, el llamado ingreso mínimo legal alcanza a 1.307.646 bolívares, lo que equivale a un dólar con alguito más de 30 centavos. Es inminente el anuncio oficial del aumento del salario mínimo, pero las proporciones o cantidades relativas no variarán mucho.