Decía Andrew Young hace unos días que su papá lo provocaba cuando estaba pequeño tocándole la barriga, o los costados, hasta que el niño le tiraba un golpe, que el papá detenía, y entonces dándole por la cabeza le decía: “Esto es lo que tienes que usar, sé inteligente antes de ser violento”.
Que lo cuente Andrew Young es significativo porque parece que fue una lección que aprendió bien y puso en práctica como uno de los lugartenientes de Martin Luther King en la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, caracterizada por la no violencia.
A Young, que también fue embajador de Jimmy Carter ante la ONU, lo entrevistaban a propósito de los recientes sucesos de Charlottesville, Virginia, donde murieron tres personas en las manifestaciones pronazis a favor de que se mantengan las estatuas públicas de los líderes de la Confederación en la Guerra Civil estadounidense. Por cierto, Young se refirió, sin que le prestaran mucha atención, al hecho de que esos neonazis, supremacistas blancos (que creen en la superioridad de la raza blanca frente a las demás) son producto de la desatención hacia la clase obrera de raza blanca que se ha venido a menos en los últimos años, caldo de cultivo de los votantes de Trump (esto último lo agrego yo).
Al lado de los neonazis supremacistas ha reaparecido un grupo de Antifascistas popularmente conocidos como los “Antifa” (los gringos no aceptan una palabra de más de tres sílabas). Resulta que los Antifa son partidarios de impedir incluso a golpes las manifestaciones de los blancos supremacistas. De hecho, los Antifa se enfrentaron con los supremacistas blancos en Charlottesville y fue en medio de esa batalla cuando un carro de los supremacistas atropelló y mató a una joven que protestaba pacíficamente en contra de los neonazis.
Los Antifa van a donde vayan los neonazis supremacistas. Los Antifa sostienen que el discurso de odio de los neonazis no es libertad de expresión; si estás poniendo en peligro a la gente con lo que tú dices y con las acciones que están detrás de tu mensaje, no tienes derecho a esa libre expresión.
Otro grupo que se opone militantemente a los supremacistas blancos y neonazis es el Southern Poverty Law Center (Centro de Ayuda Legal contra la Pobreza Sureña). En contrario a la posición de los Antifa, los voceros de este centro son partidarios de permitir a los ultraderechistas racistas que se expresen libremente, para que se les vean las caras y no se escondan detrás de una capucha, como los del Ku Klux Klan (aliados de los neonazis y supremacistas de variada pinta), para que no se propague un mito clandestino que pudiera ser hasta más peligroso. Los del centro propugnan combatir a los ultraderechistas con ideas e información. Que cuando haya una manifestación racista se organice una por la diversidad y los derechos humanos en otro punto. Que se eduque a los medios y la población.
Uno observa todo esto y piensa también en la realidad venezolana de hoy, en lo difícil que es combatir la tiranía y la violación de los derechos humanos ejercida desde el propio Estado. De repente sorprende que un líder negro no caiga en la tentación de seguir haciéndole coro a los periodistas que lo entrevistan, para que criticara a Donald Trump por no haber denunciado de una vez a los supremacistas blancos y a los neonazis que fueron armados a Charlottesville a protestar. Young se quiso apartar del coro y referirse al meollo del problema, la sensación de abandono que siente un sector de la sociedad al cual no se le ha dado una respuesta apropiada para que se ajuste a los cambios económicos y tecnológicos que se producen en el país.
Por otro lado, el Southern Poverty Law Center reacciona ingeniosamente proponiendo más libertad a quienes plantean más bien su negación. Más importante que enfrentar violentamente a estos individuos es educar sobre el valor de la tolerancia, de la no discriminación, del respeto a los demás como seres humanos, de la convivencia con la diversidad, del respeto a los derechos humanos como elemento básico de la democracia. Si los enfrentas violentamente la bulla es mayor y más noticiosa y, paradójicamente, contribuye a que se propaguen más fácilmente sus ideas.
Las posiciones de Young y del centro sureño norteamericano llaman a pensar out of the box, como se dice en el imperio, es decir, con ingenio y creatividad, y a la vez mirar hacia las causas de las cosas sin descuidar el objetivo; ser coherente con lo que se plantea sin olvidar qué nos llevó adonde estamos.
Probablemente sea marchar desde la plaza Pérez Bonalde en vez desde la plaza Altamira; ver cómo nos concentramos en El Silencio, además del distribuidor de Santa Fe; votar para exigir elecciones pulcras y no fraudulentas; vincular la democracia y la libertad a la calidad de vida y a las oportunidades para todos; pensar que el meollo del asunto es que hay gente pasando hambre, gente que se muere por falta de atención médica, que la carencia de luz y agua nos afecta a todos; centrarse en el meollo del asunto, con ingenio y creatividad, y a lo mejor así nos equivocamos menos.