El gobierno de Nicolás Maduro no se conforma con hacer víctimas a nuestros ancianos de la falta de acceso a alimentos y medicinas; ahora los somete a la humillación de hacer largas colas para cobrar su pensión (incompleta). Una vez más hay que recordarlo: la seguridad social no es una dádiva gubernamental sino un derecho humano, además adquirido con el esfuerzo de los años más productivos de la vida de todos los venezolanos.
Las mentiras de Maduro no cesan. El 17 de abril, en una alocución nacional, dijo: “El sistema carnet de la patria les va a garantizar mes a mes el pago de su pensión a través de la aplicación VeMonedero”.
El problema de fondo, ahora, es que no hay garantía para el pago de las pensiones porque el gobierno ha sido incapaz de resolver el inconveniente de la falta de dinero en efectivo y los bancos no tienen la capacidad de pagar los montos completos.
¿Por qué exigir a los jubilados el carnet de la patria como requisito para pagarles? ¿Por qué no basta con presentar la cédula de identidad? El carnet de la patria es un instrumento de discriminación aliñado con populismo y demagogia. Los abuelos que no lo tienen corren el riesgo de segregación. Si no se afilian a dicho sistema de control seguramente habrá consecuencias que pudieran ir más allá de la negativa a pagarles lo que se les debe, ya se ha demostrado que no afiliarse al gobierno trae consecuencias que pueden llegar al extremo de la cárcel e, incluso, de la muerte.
No garantizar el pago oportuno y adecuado de las pensiones es maltrato al adulto mayor. La ONU lo ha definido como la acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana. Puede ser de varios tipos: físico, psicológico/emocional, sexual, financiero o simplemente reflejar un acto de negligencia intencional o por omisión.
Jugar con las pensiones de los adultos mayores es una evidencia más de la deshumanización de este gobierno. El maltrato de las personas mayores solo se podrá enfrentar de forma eficaz si se desarrolla una cultura que favorezca la solidaridad intergeneracional y que rechace la violencia. No es suficiente identificar los casos de maltrato de las personas mayores.