Al ver lo que ha ocurrido en un sexenio con Maduro en el poder, no es complicado develar lo que desean los maduristas que ocurra en Venezuela para 2019.
Los maduristas desean que la hiperinflación supere la cifra de 10.000.000% para convertirnos en una potencia insuperable en esa variable, por esa razón, si en verdad eso no es lo que desean, les sugerimos que, según ustedes, como los empresarios y comerciantes son los culpables en los aumentos de precios, pues lo mejor es que terminen de expropiar las pocas empresas que aún están en manos privadas, incluidos institutos educativos y clínicas, a lo mejor de esa manera cuando terminen de acabar con todo el sector privado también acaben con la hiperinflación. No olviden expropiar empresas Polar.
Los maduristas desean que el dólar paralelo supere los 10.000 bolívares soberanos en el corto plazo, y de esta manera volver a aplicar otra reconversión, esta vez para que elimine cuatro ceros, e “igualar” el próximo “soberano” al valor de la odiada moneda imperial, y poder decirles a los venezolanos que el plan de recuperación económica ha sido un éxito.
Los maduristas desean que la gasolina sea llevada a los precios internacionales de un dólar por litro, y poder asegurar que acabarán con el contrabando de semejante derivado del petróleo, aunque eso implique que también terminen de acabar con los pobres en Venezuela.
Los maduristas desean que el salario mínimo siga estando en bolívares con el equivalente de una cifra mensual en dólares, porque esa es la mejor práctica “socialista” que ha podido implementar la cúpula “revolucionaria”. Es decir, que los ingresos que perciban los trabajadores apenas si le alcancen para comer uno o dos días, mientras espera cuales mendigos por el “bono de la patria”, o la caja de alimentos, que en todo caso les durará, quizás, para otros dos o tres días de “alimentación”.
Los maduristas desean que la criminalidad se multiplique en términos de robos, atracos, estafas, secuestros y asesinatos. De esa manera se establece de facto un toque de queda en los pueblos y ciudades, para que la impunidad actúe a sus anchas, sin que existan cuerpos policiales o militares que los detengan, y menos instituciones jurídicas que los condenen por los delitos cometidos, ¡total!, para eso existen organizaciones como “La Piedrita” que tiene hasta el apoyo de ministros y alcaldesas, cuando tales funcionarios se retratan con su jefe Valentín Santana, cuya detención incluso fue ordenada hasta por Hugo Chávez.
Los maduristas desean que sea derogada la Constitución de 1999. Para ello, han contratado a Hermann Escarrá, quien de acérrimo antichavista que pedía la condena del presidente fallecido en todas sus vitrinas mediáticas, ahora no solo es flamante “constituyente”, sino que está redactando la nueva “constitución”, aunque sus jefes digan lo contrario. No podemos obviar que en esa “constitución” quedará legalizada la corrupción en las altas esferas del madurismo, para que individuos como Raúl Gorrín puedan servir de testaferros sin rendirle cuentas a nadie, y menos con grilletes en los tobillos, por si algunos dudan de su “honestidad”.
Los maduristas desean que el próximo 2019, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) termine de quebrar como empresa y su producción llegue hasta mínimos históricos de unos 500.000 barriles por día, para que esta sea vendida a los rusos y chinos y, en consecuencia, pueda borrarse cualquier vestigio de la cuarta república que aún sigue impregnado en esa petrolera estatal. O sea, qué mejor que terminar de acabar con tal bodrio empresarial, al estilo como se ha hecho con otras empresas, y como lo asegura el gobernador del Zulia, cuando por analogía dice que: “Expropiemos el club, después de que este destrozado, se lo devolvemos a los burgueses”¹.
Los maduristas desean que todas las calamidades sigan sobre el país en materia de salud, porque con ese cuento “justifican” que por un “bloqueo” no existen medicinas, ni alimentos en Venezuela, aunque las cifras oficiales de Estados Unidos demuestren que el madurismo ha aumentado sus compras al imperio en casi 30% durante 2018², lo que demuestra al madurismo que sus a “amigos” chinos, rusos, turcos y cubanos solo les interesan nuestros recursos naturales, porque de ser estos la ayuda “multipolar” que necesita, sería evidente que cuando menos no tuviéramos escasez ni problemas en los sectores alimenticios ni asistenciales.
Los maduristas desean que el país llegue a un estado de inanición total, así como la destrucción absoluta de toda la economía, y el colapso general de los servicios públicos, que termine de concretar la paralización educativa y de salud en todos los ámbitos posibles y, con ello, el éxodo de venezolanos se multiplique al punto de que dos tercios de la población emigren de la patria de Bolívar, y solo se queden los auténticos maduristas y, según ellos, “patriotas”.
Los maduristas desean la muerte de Venezuela en este 2019, en especial la senectud resentida, quienes poco les importa que el país se muera con ellos.
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