Cuando Hugo Chávez lideró el intento de golpe de Estado junto con un grupo de militares del Ejército contra Carlos Andrés Pérez aquel 4 de Febrero de 1992, –entre los cuales se encontraba Diosdado Cabello y otros miembros que ahora integran la cúpula madurista– en donde su célebre “por ahora” no solamente marcó un agravamiento y ruptura de aquella coalición dominante que nos imponía un aberrante y empobrecedor “plan de ajustes”, tampoco podemos obviar que esos hechos multiplicaron la crisis política, económica y social, la cual no solo continuó su curso durante los meses siguientes, sino que llegó el 27 de Noviembre de ese mismo año, esta vez con un alzamiento por parte de la aviación, es decir que cual terremoto como hecho natural que se repite con las inevitables réplicas, fue lo que sucedió desde el punto de vista de rebelión militar y civil contra el gobierno que en ese entonces controlaba a Venezuela.
Ahora, el 4 de agosto de 2018, o sea, veintiséis años y medio después de que Hugo Chávez irrumpiera en la escena militar y política de Venezuela, y concretamente a casi 20 años de que emergiera su movimiento con el dominio político de Miraflores, de los cuales los últimos 5 años han estado bajo el control de la traición desde el poder en manos de Nicolás Maduro, como efecto del fallecimiento del líder bolivariano, surge en el país otro hecho de evidente alteración política, aparentemente originado por un grupo autodenominado “Soldados de Franela” que se atribuye una llamada Operación Fénix¹. De hecho, sobre esta pretendida operación de insurgencia militar y política, emergen dos visiones que vinculadas tanto con su nombre y declaraciones, las mismas resultan complementarias o contradictorias, dependiendo de cómo sea el análisis que se elabora para generar causas y consecuencias.
Esta acción que puso en jaque al madurismo revela en su título una característica muy complementaria, porque resulta en idéntica denominación con la cual el gobierno colombiano de hace unos años, concretamente en un acto perpetrado el 1° de Marzo de 2008, a través de su fuerza aérea destruyó en territorio ecuatoriano un campamento integrado por un grupo de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en donde quedaron muertos 22 de sus integrantes, entre ellos, uno de sus principales comandantes, como era el apodado “Raúl Reyes”. Si eso es así, pues tendríamos que preguntarnos: ¿Esta operación “Fénix” esta evidentemente relacionada con los grupos colombianos que destruyeron a parte de las FARC hace una década?
Verbigracia, si fue un auténtico atentado generado tanto por factores externos como internos, pues existe en el plano ideológico –independientemente si es por casualidad o causalidad– una similitud sobre la forma de llamar este tipo de praxis en su forma de ataque, como lo es la vía aérea. En todo caso, dependiendo del ángulo con el cual se mire el cristal de este hecho, para quienes digan que fue una acción con orígenes en los enemigos del poder en Venezuela, basarse en el nombre que recibió esta alteración en un evento militar del madurismo es una inobjetable excusa para ellos que les sirve de “prueba” contra el gobierno saliente de Colombia presidido por Juan Manuel Santos y el entrante de Iván Duque. Si nos referimos a quienes dudan que este “atentado” tuvo relaciones con el país neogranadino o Estados Unidos –señalados por Maduro como principales responsables – dirán que el nombre de tal acción es precisamente una cortina de humo para culpar a factores exógenos, y poder continuar toda la cúpula madurista con mayor arremetida política contra sus adversarios y críticos, máxime cuando el país se hunde cada vez más en un empobrecimiento colectivo, lleno de miseria, destrucción de la educación y la salud, colapso definitivo de los servicios públicos, y una hiperinflación que asesina a todo el componente social de la población.
Asimismo, lo expresado en el orden de sus ideas, motivos y descripciones de esta Operación Fénix en parte de sus contenidos también resultan muy complementarios o contradictorios, y quienes se atribuyeron la responsabilidad de la acción al decir desde Twitter que: “Hoy no pudimos, pero seguiremos en nuestra lucha, porque la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tiene por función garantizar la independencia, la soberanía de la nación, la integridad del territorio y el orden público interno«² nos remiten al recuerdo ineludible de 1992.
En tal sentido, unas afirmaciones de ese tipo son complementarias en el plano histórico, cuando estamos en presencia de una sintaxis con una semántica muy parecida a la empleada en su momento por Hugo Chávez, porque semejante grupo rebelde, al decir palabras más, palabras menos que, hoy no pudieron, pero continuarán en la lucha, ¿en qué difiere ese mensaje al “por ahora” del líder militar que se levantó contra Pérez y falleció siendo presidente de la República?
Pero conforme esas palabras generan complementariedad en la secuencia histórica del país, no podríamos ignorar que si este hecho fue ideado por las fuerzas maduristas para justificar o desviar la atención de la crisis económica y social que atraviesa Venezuela, la verdad es que no dudaría para calificarlos de inútiles y torpes, o sea, contradictorias, porque lo que han originado es una crisis política y enorme sobre sus propias filas, porque si de algo se jactaba el gobierno era de una supuesta estabilidad, pero además ha dejado en ridículo a quienes supuestamente van a “proteger” a Maduro ante cualquier “invasión”, cuando las imágenes de esos militares saliendo en estampida hacia diversos puntos, recorrieron al mundo, lo cual demuestra que si una simple explosión genera un abandono de los diversos componentes militares de sus puestos, qué no ocurriría con la “valentía” de esos “castrenses” ante una auténtica confrontación contra grupos armados. Más estúpido sería si la cuenta de Twitter en donde salieron esas palabras fue una creación del propio madurismo, porque lo que ellos mismos habrían dejado en evidencia sería otro “por ahora”.
¿Vendrán más “atentados” contra Nicolás Maduro o parte de coalición dominante? Por ahora, no lo sabemos. Pero de lo que sí estamos seguros es que este hecho terminará por profundizar la crisis política, económica y social de Venezuela. Si Carlos Andrés Pérez no culminó su segundo mandato en el medio de una crisis que no se asemeja en la gravedad que vivíamos hace casi tres décadas, y que en los últimos años hasta ha condenado a los venezolanos para que abandonen su patria como medio de sobrevivencia, debemos recordarle a los maduristas que conforme la insurgencia de Hugo Chávez se convirtió en el detonante final de una forma de hacer política, que nadie olvide que el tiempo es cíclico en muchos de sus eventos históricos, y Venezuela no ha sido la excepción, máxime si se continúan repitiendo los errores del pasado. Los “atentados” contra Maduro, de ser ciertos no son la vía para lograr su salida, pero lo que si logra intuirse es que al gobierno les gusta hablar de tales hechos.
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¹ https://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_F%C3%A9nix
²https://www.latercera.com/mundo/noticia/grupo-se-atribuye-presunto-atentado-maduro-venezuela/270330/
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