«A los venezolanos nos exterminan con mucho desafío, exacerbado salvajismo y disfrute internacional: somos comidilla en el mundo, que solo contempla impávido. Quizá estaba aburrido y ahora lo entretenemos»
Lo sucedido en nuestra república durante el año 2019 es la superactivación del Grupo terrorista «Comandante Fetiche», que ha logrado actuar [con amplísima impunidad] en el curso de casi dos décadas. Fue binacionalmente fundado: Cuba-Venezuela, pero tiene profundos nexos con Hamás, Hezbolá y el Estado Islámico [ISIS]. Vínculos que van más allá de la adecuación geopolítica contraria a la civilización occidental, porque responden a parentescos universales de canallas. Es inocultable la afinidad entre quienes los integran. Observemos sus arrogantes actos, muchas veces anunciados y celebrados. Todos recordarán las decapitaciones publicitadas [en redes de disociados] que realizaban soldados de ISIS.
El funcionario principal de la Organización de Estados Americanos lo advirtió e intenta, sin pausa, terminar con nuestro calvario. Expresó que los jerarcas del régimen venezolano se divierten de masacre en masacre. La de enero, que destacó por acabar con la vida de casi 50 jóvenes que protestaban. La de febrero 23, también infame, que exhibió la destrucción de vehículos cuando transportaban ayuda humanitaria y la ejecución de aborígenes del pueblo pemón. Luego la de marzo, producto de la premeditada suspensión del servicio eléctrico en más de la mitad de Venezuela [pretenden disuadir la agitación política-emancipadora en marca]. El corte abrupto y prolongado del suministro mató numerosas personas en hospitales. También provocó incalculables pérdidas en expendios de alimentos. No faltaron los saqueos, por supuesto, y el aprovechamiento inmoral de nuestras necesidades fundamentales por parte de prestadores de distintos servicios. En complot, tropas del grupo terrorista «Comandante Fetiche» y paramilitares exigen enormes sumas de dinero a cada venezolano que desea retornar a su país.
[Vanamente] suelo decir a los tozudos que adhieren a fundamentalistas que ellos no nacieron con enemigos, se los inocularon para convertirlos en aplaudidores de terroristas beligerantes. Fueron alienados primero, luego sentados en los palcos de un inmenso coliseo. No quieren entenderme, les place mantenerse obtusos: son carroñeros, macabros.
El grupo terrorista «Comandante Fetiche» no disimula su deseo de continuar socavándonos. Por ello, una de sus más destacadas personalidades atrevió expresar que son capaces de cometer más crueldades de cuanto hemos observado hasta los actuales momentos. No tiene empacho en perfeccionar sus abominaciones, una tras otra. Según su torcida percepción de la realidad, son intocables. Un día sus matones reivindican cada uno de sus actos crueles, pero al siguiente culpan a predecibles adversarios y al imperio norteamericano. Buchones, afirman ser destructores para luego negarlo.
@jurescritor