La gente en Venezuela está llorando de hambre, se mueren conciudadanos de mengua por falta de medicinas, la macabra realidad está a la vista, la constató la misión técnica de la ONU; el militar Rotondaro confesó la vileza de retener medicinas para la campaña electoral, sin importar la muerte de 5.000 pacientes por falta de diálisis. Bastan las 25.000 muertes al año en los 6 años de Maduro, más los cientos de asesinados por razones políticas, para darnos cuenta del pozo de muerte en que convirtieron el país. Para los comunistas el hombre es para el Estado y no el Estado para el hombre.
Al régimen no le importó arrestar arbitrariamente durante la visita de la misión técnica a 72 ciudadanos. El rudo panorama se encuadra en los 72 días de usurpación y 20 años de dictaduras que arrastramos. La inaudita situación que vivimos ha conducido a que se haya venido conformando entre la mayoría de libertarios venezolanos y la comunidad internacional un compromiso ético. Como venezolano me pronuncio a favor del ingreso de la ayuda humanitaria, a tenor del artículo 187 de la Constitución. Urge detener la sangría consecuencia de las acciones de la satrapía, apoyado por el ejército de ocupación cubano. Queda grande hablar de soberanía en las fauces de las mafias, y sabemos de sobra que la soberanía es la guarimba de los comunistas.
Nuestro país ha sido convertido en un narcoestado, y en el centro de organizaciones criminales que favorecen el terrorismo. Sugiero que el presidente constitucional Juan Guaido promueva un acuerdo bilateral que active la DEA. La actividad del narcotráfico campante y protegida por los forajidos, desde este punto geográfico, ya causa graves estragos en toda la región.
El comandante en jefe Guaidó debe ordenar el entrenamiento de cuadros de la Fuerza Armada leales al restablecimiento del hilo constitucional. Aquí estamos considerando la injerencia para la paz, la libertad y la vida de un pueblo que llora de hambre.
No podemos seguir tolerando los centros clandestinos de torturas y las acciones infames de las bandas que causan el exterminio de la población. La ayuda humanitaria tiene que entrar y así lo consintió la mayoría del país el 23 de febrero. Las fuerzas irregulares lo impidieron y por eso exigimos que esta vez ocurra porque así lo manda la soberanía popular.
El derecho natural proclama que las personas y colectividades oprimidas y amenazados de exterminio, sean protegidas. Somos los venezolanos los que asumimos el primer frente de lucha puertas adentro y hemos hecho todo lo posible para el restablecimiento del orden democrático. Al no lograrlo, a pesar de los enormes sacrificios realizados, solicitamos al mundo la ayuda humanitaria y su ingreso al país. Queremos dejar constancia histórica de esta demanda, porque solos no podemos ante el asedio asesino de las bandas criminales que dominan el poder.
¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!