COLUMNISTA

Las dos mejores películas de 2018

por Carlos Balladares Castillo Carlos Balladares Castillo

Bohemian Rhapsody (Bryan Singer) y Green book (Peter Farrely) las vi el fin de semana y he quedado fascinado porque no sabes cuál es mejor que la otra de tan buenas que son. Ambas cumplen con un principio que he “creado” para identificar a los mejores filmes, el cual se parece al enamoramiento, es decir, no puedes dejar de pensar en ellas. Tanto así que creo que me voy a conseguir con sus personajes al caminar por la calle o escucho sus geniales diálogos en el hablar de la gente. Las hago parte de mí, lo que suena muy cursi pero que es algo muy real: ahora se han quedado en mi corazón ¡ay! Y da la casualidad (o no es algo casual) que los premios Golden Globes el pasado domingo 6 de enero las ha considerado la primera como mejor película dramática y la segunda como mejor comedia o musical, y respectivamente al actor Rami Malek como mejor actor en su representación del vocalista de Queen y Mahershala Ali como mejor actor de soporte al hacer de Don Shirley (1927-2013). Green book también ganaría como mejor guión, el cual fue escrito principalmente por el hijo del personaje que representó el gran Viggo Mortensen: Tony Vallelonga (1930-2013). A continuación analizaremos cada una por separado.

Si las películas representan el mejor medio para emocionarnos al “viajar al pasado”, Bohemian Rhapsody lo ha logrado de una manera maravillosa con la reconstrucción en dos horas de la historia del mejor cantante de rock de todos los tiempos: Freddie Mercury (1946-1991) y la banda que lo hizo posible: Queen. No negamos que tenemos un sesgo al ser un fanático desde muy niños de la maravillosa música que él cantaba junto a Brian May, Roger Taylor y John Deacon; pero consideramos que esta condición nos haría más exigentes con un filme que tratara de contarnos lo que ya conocíamos. No aceptaríamos cualquier cosa que no fuera creíble, que no nos transmitiera la emoción que hemos sentido con cada canción. Queen es parte de nuestras vidas y por ello anhelábamos que nos contaran su historia, en especial la de su líder. Y me parece que lo han hecho muy pero muy bien. No negamos que incurre en muchas imprecisiones históricas pero las mismas fueron necesarias para un relato más redondo.

El filme se ha realizado con un gran cuidado en reproducir una época (1971-1985), combinando perfectamente cada canción del grupo con los momentos de la vida de Farrokh Bulsara y cómo lideró la banda pero siempre manteniendo y valorando el trabajo en equipo: “Eran una familia”. Los que conocemos las imágenes filmadas de Queen y de algún modo la personalidad de cada uno de sus miembros, podemos observar cómo su recreación buscó mantener una gran fidelidad a las mismas. Las tensiones en su vida en lo relativo a su orientación sexual son tratadas sin escándalo, mostrando las consecuencias de la fama en una personalidad tímida y solitaria. En este sentido el trabajo de Rami Malek nos transmite la angustia que sufría Mercury por ello, pero también su genio artístico, su peculiar sentido del humor y su show en el escenario; todo ello nos ha emocionado y ha honrado a un grande. La creación cinematográfica estuvo a la altura del genio musical que quería recordarnos.

En lo que respecta a Green book nos ha parecido un filme que combina armónicamente el humor con un tema histórico fundamental: el racismo y la segregación del diferente en un momento tan violento como la década de los sesenta en Estados Unidos. Y el peso de la historia en este caso está fundamentalmente en dos grandes actores: Viggo Mortensen y Mahershala Ali, además del guión y la perfecta ambientación de los sesenta. El primero hace de un italoamericano que por su tamaño y carácter además de chofer es una especie de guardaespaldas de un pianista clásico afroamericano (el segundo). El artista debe realizar un viaje de recitales por el llamado “Sur profundo” donde sufrirá el racismo expresado en las leyes y actitudes que sostienen la separación y humillación de los negros en establecimientos, entre otros. De esta forma se desarrolla todo lo que ofrece el género conocido como “literatura de viajes” (en este caso cine) donde dicho viaje se convierte en un cambio del alma, pero este cambio también se da con ciertos rasgos quijotescos: la pareja que viaja se conoce y asume rasgos del otro. El artista negro se había “blanqueado” y se ha encerrado en un castillo-burbuja gracias a su virtuosismo, rechazando su identidad étnica pero perdiendo de esa forma toda identidad. El italoamericano quiere y no quiere rechazar lo peor de su etnia inmigrante (la mafia, cierta incultura y ordinariez). A medida que van al Sur se van adentrando en sus miedos.

Estas dos obras maestras se pueden considerar como expresión de los subgéneros del cine histórico o de época siendo la primera un biopic, y la segunda no dudaría en usarla para mis clases al tratar el tema de la identidad y una mirada original a la década de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Las dos muestran, cada una a su manera, el valor de la amistad en medio de importantes hechos de la historia del siglo XX; porque, aunque puedan dudarlo con respecto a la primera (Bohemian Rhapsody), el rock es parte fundamental de la historia de la humanidad.