Una de las razones por las que las poblaciones se lanzaron a votar por el Estado paternalista, llámese socialista, bajo sus formas frágiles del andamiaje de la arquitectura del poder; unas más reaccionarias que otras, es precisamente por esa condición por la que sujetos sugestionados y auto sugestionados por los marcos de referencias, tienen esa tendencia patológica a amar lo que los daña y despreciar los que los libera, en palabras de Eric Fromm, esa inclinación psicológica hacia la auto destructividad humana.
Por ejemplo, si le preguntaran a un alcohólico o cualquier adicto, que si quiere dejar el vicio que lo inmoviliza, diría que sí de manera categórica, pero del dicho al hecho, hay un trecho, dice el adagio. Esto quiere decir, que si le preguntaran a las masas que si desean liberarse de las políticas estatistas asistencialistas que los embargan, controlan y oprimen; dirían que sí, con la misma fuerza que el adicto, afirma dejar el vicio que los perjudica.
El problema del ejemplo ilustrativo anterior es que su mente y acciones están sugestionadas; su imaginación vive inducida, alienada por múltiples imágenes, marcos de referencias, impresiones, colores, formas, símbolos, figuras, impulsos, estímulos, grados de frecuencias de vibración, motivos, dogmas, supersticiones y corrientes ideológica – filosóficas , que forman una matriz, un molde que a su vez fungen de líneas de trabajo a la múltiples maneras de una narrativa sustancial dentro del infinito océano de la mente, lo cual forman como una fina película, imaginaria, o sonda etérea, que destruye o contamina el deseo y la voluntad de las personas al límite, a través de los diferentes estados mentales de cada individuo masa, condicionado, conocido también como estados de consciencia negativos que predominan, que como receptor; sin ni siquiera saberlo, ni percibirlo, es saturado, ya que el individuo sólo percibe lo que conoce.
Esto explica por qué el afán de los sistemas totalitarios una vez en el poder de las naciones, buscan parcial o total de manera permanente, controlar los medios y la academia, esto es así hoy y ayer, en todas las épocas, por ejemplo, en Grecia que hasta la religión, formó parte de la arquitectura del poder del Estado paternalista, condición que en poco o nada ha cambiado en la actualidad.
En ese mismo orden de ideas, no es casual, ya que se sabe que el azar no existe, sino las causas (ley de acción y reacción) consecución de ideas, pensamientos y hechos que van a desencadenar la activación de una ley universal de causa y efecto.
No obstante, las naciones más supersticiosas, más religiosas, más dogmáticas, creyentes, idólatras, son las más afectas, proclives a obedecer políticas asistenciales de corte totalitaria, por la distracción e incapacidad de comprensión y filtración de las ideas, pensamientos de las personas.
Esto explica el hecho del porqué las sociedades más religiosas, supersticiosas sean las más inclinadas a obedecer a líderes fatídicos y nefastos que encarnan la figura del caudillo, cacique, piache, jefe de la tribu, curanderos, magos, brujos, hechiceros, consejeros, maestros, iluminados y toda clase de figuras que personalizan la cosmovisión e influyen en las creencias, mentalidades e inteligencia promedio de la comunidad.
En contraste, los mensajes teledirigidos por las mas medias, vienen a sustituir el carácter paternalista, influyente de los profetas del desastre, oráculos e iluminados negativos del pasado.
Por ejemplo, se sabe que Rusia, bajo sus dos cosmovisión totalitarias, salió gran parte de la biblioteca y escuelas del psiquismo ilustrado; ni hablar de China, donde aún se le rinde culto a los ídolos arquetipos míticos con toda clase de fábulas, también sucede en América Latina donde la superstición es folklore heredado de su raíces y de la colonización.
En virtud de lo anterior, si los medios, la industria con sus grandes centros de poder o conglomerados tecnológicos, identificados como el quinto poder, si estas corporaciones monopólicas, quisieran desterrar de las naciones el poder de sistemas dictatoriales, autoritarios y tiranos sobre las naciones y el mundo; sería tan fácil, para esta matriz, como revertir el predominio de las ideas erróneas, sustituyendo por posiciones contrarias, para restituir la inducción, el cauce de las frecuencias de todas las corrientes giratorias de la mente, gustos, aversiones, modas, apetencias, deseos; hacia estructuras, combinaciones, centros de actividad y energía mental, formas del poder de modelos de gobierno posibles para toda la humanidad; alejados de los autoritarismo y totalitarismos propio de las políticas contemporánea, contrarias al sistema de garantías y libertades enmarcado dentro de la democracia liberal.
En palabras más simples, los medios de comunicación son corresponsales, para bien o para mal, de la gobernanza de cada nación e incluso del nuevo orden mundial, con ese carácter de arquitectura del poder de cada nación; es decir, esto ya se sabe, si en las naciones como Venezuela, por ejemplo, llegó a esa ficción de historieta del siglo XX; ese embrujo de sistema estatista, burocrático, nefasto, decadente, tirano y totalitario; fueron causas co-creadoras, los medios de comunicación.
Por lo tanto, salir de cualquier sistema de tiranía requiere ineludiblemente la colaboración de la maquinaria inteligente de los medios, con toda la fuerza del deseo, toda la aspiración y con toda la fuerza de voluntad dinámica, hacia las poblaciones, a través de una influencia combinada, para decidir el cambio que urge a las naciones que en menor o mayor escala, son afectadas por las atmósferas de sugestión psíquicas y materiales de las corrientes ideológicas totalitarias.