La influencia de los medios

Los medios alternativos de la información contrariamente al objetivo y finalidad de espionaje, contraespionaje y control de la sociedad que los ha consolidados desde su fundación en todo el mundo; han generado un sobrevuelo inimaginable en las últimas décadas  que se escapa de las manos,  el cual es el derecho a la libertad de información, el derecho a la libertad de expresión de la mano al derecho de la libertad de pensamiento que en su conjunto conforman el triángulo del conocimiento, entre otros asuntos.

Es por ello que ya no queda un segmento de la sociedad mundial que no tenga una mirada crítica hasta del agua que se consume o del aire que se respira y no precisamente por los combustibles minerales, que insisten en sustituir por energías “limpias”.

Dicho de otro modo, los medios de comunicación representan el ministerio de información de un modelo político de control social que suele ser inescrupuloso al momento de ocultar la verdad; mas así existe, a pesar de una realidad detrás de la realidad, una historia detrás de la historia; sin embargo, esa visión crítica está representada por millones de personas que son observantes del poder totalitario en las que inciden los medios de la actualidad que abarcan no sólo lo que se consume, sino hasta modelar el pensamiento, junto al carácter, por eso el afán en tener un control total de los medios de comunicación e información.

En ese sentido, los medios hoy representan el paraíso del sensacionalismo y del entretenimiento como formas de control social, donde la distracción en la difusión de tragedias y creencias puesta en un mañana caótico, disuade a las personas, haciéndolas vulnerables a los atropellos del Estado global.

Lo paradójico es que las sociedades piensan en despertar con la esperanza de las buenas noticias, que todo va a volver a la normalidad con la estabilidad económica que siempre se asocia al mañana.

Por ejemplo, los venezolanos anhelan despertar de la tragedia totalitaria que se ha tornado en la peor pesadilla del siglo XXI paralela a las guerras de Siria y la actual guerra en Ucrania, donde los últimos decretos de la presidencia de Estados Unidos paralizan a miles e incluso millones de migrantes venezolanos entre mujeres y niños en brazos, intentando pasar la cerca, dejando atrás las miserias de la gobernanza, entre la frontera sur estadounidense y México.

Cuando la solución a la tragedia no es crear programas y canales humanitarios tan complejos o no, como los prefabricados en materia migratoria; sino garantizar las condiciones justas y necesarias para el retorno de los valores democráticos, no sólo para Venezuela sino para los millones de personas que se desplazan por la limitación de los derechos heredados del judeocristianismo, fusionados con la democracia de Occidente.

No es casualidad que se compare a Venezuela con la actual tragedia de Ucrania y con Siria y otros tantos países en guerra. Todos coinciden en el punto por parte de los gobiernos en instaurar un modelo contrario al de las libertades humanas, fundadas en los derechos civiles y económicos.

La enfermedad de la época son las múltiples informaciones sensacionalistas que modifican no sólo la percepción de la realidad, sino que convierten la información en la causa de una conducta llena de trastornos de ansiedad, nervios crónicos, con un estrés agudo que dispara los niveles hormonales del organismo, sumados al cortisol que sobrepasa la normalidad, es decir, la sociedad toda sufre de enfermedad crónica de estrés agudo, producido por la información emitida en los medios.

Los medios están al tanto de la gravedad del daño psicológico que generan con una parrilla de tragedias, tan amarillistas en todos los informadores, pero mantener una asociación de pánico y miedo en la población, es el  objetivo para lograr las metas trasladadas de la agenda mundial.

Por ejemplo, en víspera de la celebración de los 520 años del encuentro de dos mundos, se recuerda que los imperios no crecen así porque sí, es obvio que las expansiones de un imperio se dan por los beneficios tangibles o no, percibidos por las personas al modelo de garantías y libertades que éste ofrece, siendo más provechoso que el de los modelos centralizados de zánganos y sátrapas que dominan a los países de origen y así aplica para todos los modelos e imperios en todas las épocas, estos caen al fracasar en garantizar el modelo que permite hacer prósperas a las personas.

Si de África, Europa, Latinoamérica, Asia  y de todas las naciones, migran a Estados Unidos o sistemas económicos más estables, es por el modelo de garantías y libertades superiores al de los países  de origen; así que la cuestión no es regular o controlar la migración, sino velar por extender esas garantías, derechos y libertades a todas las naciones en especial a las áreas de influencia de Occidente.