El sentido del tiempo es característica de juventud cuando se es impetuoso, apasionado y repleto de sueños. Sin embargo, también es una característica de madurez ya que cuando has experimentado algunas cosas te das cuanta que la velocidad no siempre es conveniente y la sabiduría que viene por el análisis y la observación en la consecución de los acontecimientos y el ambiente de aprendizaje natural que estos proporcionan.
El tiempo no perdona, juega a la par con la fuerza de gravedad para poner cada cosa en su justo lugar, proporciona sabiduría y conocimiento a los diligentes y entendidos pero a los incrédulos les presenta un reflejo fenescente frente al espejo, inyectando la esperanza que solo la fe puede proporcionar. Esto termina siendo un entorno nutritivo para proyectar se e en la eternidad, pensado en bisnietos cuando aún no tienes hijos, sembrando en los terrenos de hábitats posmortem y visionando cosas no creadas u concretas aún.
Dios ha puesto el sentido de eternidad en el corazón del hombre arraigado de forma tan sublime y perfecta que siempre procura construir para el mañana aún cuando desconoce cuál será su último presente. Puso astucia para observar en quienes mantienen los ojos abiertos, bocas como hachas en quienes cuidan sus palabras y evitan el mal dándoles autoridad para abrir caminos y regala legados a quienes no creían tener algo para engendrar y legar al mundo pero decidieron dar pasos hacia el frente con el corazón de escudo.
La percepción del tiempo en los corazones humanos promueve al esfuerzo y amilana argumentos temporales que conducen al fracaso y refuerzan fórmulas cobardes de autoconmiseración ya que te obliga a sobreponerte a la presión del pistón de la prueba para contrarrestar con aplomo y determinación el desarrollo de un carácter balanceado que sin cambiar el lente personal pueda hallar una vista panorámica y prosperar.
Reconocer la eternidad de tu propio corazón te puede mantener inspirado para inspirar a otros que en silencio observan y aguardan una estrategia para avanzar. Llenarlas de sueños que jamás habían subido a tu corazón y las cosas que no eran visibles a nadie más te serán claras, así como aquello que no escuchabas ni con parlantes con solo un murmullo lo escucharás.
Si de alguna forma el reloj ha sido agobio o las temporadas te fatigan detente y observa con atención por eternidad es lo que ha sido sembrado en tu corazón, no el que bombea la sangre sino aquel que bombea la vida a tu alma y espíritu.
@alelinssey20