COLUMNISTA

La Iglesia Católica en la gesta de independencia

por Carlos Cruz Carlos Cruz

La historia de Venezuela es muy rica en contenido y aunque parezca mentira, todavía hay mucho material que explorar el cual sin duda alguna nos aclarará muchos sucesos que hoy se tratan de desvirtuar por un objetivo netamente político.

Una de esas falsas historias que intentan vender como cierta es aquella que asegura que la Iglesia Católica estuvo en contra de la gesta independentista y ello dista mucho de la realidad, pues es un análisis subjetivo.

Y como prueba de ello nos vamos a remitir a los acontecimientos ocurridos en la ciudad de Caracas en 1814, cuando los representantes de los patriotas y de la Iglesia Católica, ante la inminente llegada de José Tomás Boves, se reunieron el 11 de febrero para debatir sobre la situación reinante, la cual era sumamente complicada debido a que por un lado estaban sin dinero y por el otro el fantasma de la división entre sus líderes estaba en pleno proceso.

En la reunión, el debate se centró en la manifestación del desespero por el derrumbe de aquel sueño que nació en 1810, que se rubricó en 1811 y por lo cual los civiles le pidieron ayuda a la Iglesia para que esta a través de sus posesiones aportara su patrimonio a los fines de poder seguir financiando ese proyecto.

De allí surgió el documento titulado Acta Solemne de Concordancia entre el Estado y el Sacerdocio. En este escrito quedaron plasmadas todas las intervenciones manifestadas ese día. Por los civiles estuvieron presentes el gobernador del estado, el rector de la universidad, los corregidores, el presidente municipal y el prócer de la Independencia doctor Miguel José Sanz, donde el único problema que existió era que el clero reunido, aunque estaba de acuerdo en entregar el patrimonio de la Iglesia, se encontraba indeciso en tomar la decisión ejecutiva sin la presencia de la autoridad máxima, el arzobispo Narciso Coll y Pratt, que estaba fuera de Caracas.

Sin embargo, como en la reunión estaban José Antonio Pérez, vicario general (que puede ejercer la autoridad en lugar del obispo), el deán de la Catedral, Pedro Martines (que preside el Cabildo Catedralicio), representantes de los franciscanos y capuchinos y los curas de Altagracia, Catedral, Santa Rosalía, Candelaria, San Mauricio, San Lázaro, Concepciones, Carmelitas y la Santísima Trinidad,  se tomó la decisión y la Iglesia entregó más de una tonelada de plata (ley 900) y joyas que requirieron 24 cajas para ser transportadas. Es bueno decir que hay una versión equivocada que aparece en el libro Historia Viva de Jorge Olavarría, en el que expresa que los patriotas robaron los tesoros de la Iglesia de Caracas.

Emprendida la huida de Caracas por parte de los patriotas, el tesoro fue secuestrado por el pirata italiano José Bianchi y sus hermanos, quienes estaban bajo las órdenes de los patriotas, pero que resolvieron llevarse toda la fortuna porque no les habían pagado por sus servicios en contra de España. Ello obligó a Bolívar y Mariño a perseguirlos hasta la isla de Margarita, donde después de una larga negociación lograron recuperar gran parte de los bienes.

Para finalizar podemos ver que la acción realizada por la Iglesia Católica en 1814, cuando entregó todo su patrimonio para la causa de la libertad de Venezuela, es una demostración contundente que revela todo lo contrario a lo que algunos personajes han querido hacer ver a través de falsos testimonios y he aquí la importancia de la historia con base en el documento. Esa Acta de Concordancia de 22 páginas forma parte de una historia hermosa y muy poco conocida por la gente.

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