Hoy recordamos a Rómulo Betancourt cuando el castrismo comenzaba la tragedia cubana que pretendía tutelar a nuestra naciente democracia: “Dígale a Fidel Castro que cuando Venezuela necesitó libertadores no los importó, los parió». Hoy más que nunca, y como homenaje a nuestros jóvenes libertadores que ofrendaron su vida a favor de la Venezuela que todos merecemos, el esfuerzo unitario, la reorganización de la Unidad Democrática se hace impostergable.
Por ello es necesario crear un Frente Nacional por la Liberación de Venezuela. A partir de una verdadera unidad política, social y cultural que promueva y consolide una organización territorial y de actividad profesional, gremial y empresarial, para propender a una transición cívica, pacífica y electoral, democrática y constitucional para reunificar el país y recuperar la extraviada senda del desarrollo económico, social e institucional.
Ya lo expresaba don Enrique Aristeguieta Gramcko, a propósito de los 60 años de la caída de Pérez Jiménez: “En nuestras manos está ponerle fin a la tiranía, al igual que lo hicimos hace 60 años. No perdamos la esperanza. El fin está cerca”. Fueron las declaraciones que le valieron su ilegal detención por la dictadura. Pero también la reacción general más intensa y de los más variados actores y factores, tanto nacionales como internacionales, en la condena y exigencia de liberación tras su detención.
Aristeguieta Gramcko unió al país y las voces de los países democráticos que apoyan nuestra lucha. En él, el régimen nos proporcionó al necesario líder político para dirigir el esfuerzo unitario opositor que debe ponerse en marcha ahora mismo. Desde Unidad Visión Venezuela así lo estimamos y como tal lo proponemos al país.
Más aún cuando observamos cómo el madurismo defenestra al chavismo. Hasta Maduro y sus jefes cubanos se han dado cuenta de la tragedia que han significado para Venezuela, los trasnochados desvaríos del de Sabaneta (revolución, socialismo, comunas, poder popular, control obrero, nacionalizaciones de empresas, etc), intentados por Chávez para destruir material, anímica y éticamente al país.
El castromadurismo defenestra al chavismo (Cabello incluido) a través de la creación de otra organización política, Somos Venezuela, con Nicolás como único caudillo. Nueva organización política “legalizada” de manera exprés por el ministerio de asuntos electorales madurista (CNE) y presentada por Delcy Eloína, la presidente de la ANC chimba. A quienes estamos acostumbrados a movimientos de “desmarque” político, nos resultan obvias las razones y los motivos de tal y sorprendente movimiento estratégico en contra del “establishment” chavista tradicional y enchufado. No obstante, presumimos que al chavismo de base, lo menos que les resultará es extraña por insólita dicha jugada. Salen definitivamente de Chávez, incluso como figura mítica, pero fundamentalmente renuncian e intentarán borrar su legado de destrucción sistémica de Venezuela, emergiendo Maduro como “enderezador de entuertos”.
De hecho, el flamante constituyente Jesús Faría, a pesar de que en noviembre pasado había reconocido que “el gobierno no domina una estrategia para resolver el tema económico”, esta semana declaró en un programa de opinión (Vladimir a la 1): “Debemos elegir a Maduro para poder ordenar el país y hacer un mayor esfuerzo para solucionar el tema económico”, mostrando la principal característica del castromadurismo: el cinismo más cruel e irresponsable.
@OmarAvilaVzla
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