Los planes del gobierno están sobre la mesa: fraude, dictadura, éxodo y hambre. Esta semana, por lo menos, se duplicaron los precios.
Se gobierna con un peculiar pragmatismo destinado únicamente a conservar el poder y la corrupción. Las pretensiones ideológicas de argumentar el socialismo ingenuo de Chávez y el Plan de la Patria con recursos del izquierdismo europeo y los dogmas cubanos, ahora son desplazadas por el afán de reprimir, comprar y coaccionar conciencias y voluntades para llevarlas a votar o callarse ante un terrible infortunio. No solamente fracasa el gobierno, sino todas las opciones que, con esas pretensiones ideológicas, se manejaban en Latinoamérica y de las que sobreviven dos o tres, con oscuridad de maniobras, más allá de la monarquía hereditaria cubana.
Se crea así un vacío que obliga búsquedas y propuestas originales y adecuadas, que en un principio podrían seguir optando también por fórmulas y recetarios del mismo origen occidental y signo contrario del marxismo, pero el reclamo es de otra tendencia. Es la de profundizar la democracia como un instrumental para creaciones y cambios.
Construir un país luego del destrozo ético, social y económico actual será cosa compleja y de largo tiempo, pero obviamente necesario: no tenemos otro país, ni tan peligrosamente dotado como este.
El voto contrario al gobierno es una opción para acumular fuerzas. Para fundamentar un gobierno de transición que tome un curso propositivo, positivo. Mucho más allá del pesimismo y la resignación que, tal vez sin proponérselo, ensombrecen el abstencionismo.
Uno puede sentir una suerte de marea creciente, de desplazamientos hacia la voluntad y la decisión, que amplía mucho las opciones de lucha. Algo que ya comenzó a ocurrir en personas y grupos y que crecerá con evidencia en los próximos días.
No se puede optar por el silencio, ni quedarse en las necesarias protestas y pronunciamientos. Sin disparar para los lados ni cercar de incomprensiones a los vacilantes o confundidos, a veces atrincherados en el desespero, hay que acumular opciones. Usar todos los espacios, todos los tiempos. Sumar, sumar y sumar sin prepotencias ni discriminaciones.
Se ha logrado un enorme apoyo internacional de países y políticos que saben de fraude y engañifas políticas y que podrán comprender los esfuerzos por acopiar recursos. Un gran apoyo de magnitudes muy pocas veces logradas y que podrá continuar con un gobierno de transición.
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@perroalzao