Apóyanos

¿Han sido o serán útiles los diálogos en República Dominicana?

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Desde el inicio de la nueva distracción mediática: Los diálogos en República Dominicana, en todo momento se ha mencionado el término “diálogo” y no “negociación”. La palabra “diálogo” es la utilizada frecuentemente por la dictadura venezolana a través de los medios de comunicación.

Para quien no entienda la diferencia, de manera cruda el diálogo es lo opuesto a irse a las manos, es sentarse a conversar; y en este caso, cuando las sanciones internacionales están a la orden del día, a la dictadura le interesa que la vean conversando, mejor si participan invitados internacionales, que les tomen fotos y documenten las reuniones para que le den la vuelta al mundo mientras hablan con “los representantes” de la oposición y así tratar de contener el aluvión de sanciones por sus crímenes.

La negociación con el propósito de resolver lo que está ocurriendo es diferente, es la búsqueda de acuerdos que sí generan obligaciones entre las partes. Pero para negociar hay que tener con qué negociar, porque si algunas de las partes tiene un poder absoluto o importante dentro del país y la otra, que es el pueblo venezolano, tiene la bota militar puesta en el cuello, como así está ocurriendo, entonces el primero no necesita negociar. Simplemente la dictadura sigue imponiendo sus condiciones.

Mientras se sigue jugando con los diálogos el gobierno gana tiempo para efectuar las elecciones en el momento estelar en el que los partidos políticos de oposición están en su peor momento y algunos inhabilitados. Para ellos las elecciones deben hacerse lo antes posible, no sea que las sanciones por venir los obliguen a ceder para efectuar elecciones en condiciones de igualdad y transparencia.

La narcodictadura venezolana prorroga su falsa imagen como “gobierno democrático” ante los países que aún están en dudas. Consecuencia de los diálogos han ganado: 1) Hacer creer a la comunidad internacional que son tolerantes y abiertos a las diferencias políticas. 2) Darle justificativos a los gobiernos cómplices, para excusarse ante los reclamos de la comunidad internacional. 3) Generar la confusión entre aquellos que no saben distinguir entre el diálogo y la negociación; y 4) Mantener tranquilizada a la población ante la expectativa de una solución consensuada para el fin de la tragedia nacional que ha sido el actual gobierno.

Debe quedar claro que los derechos humanos no se negocian y con relación a ellos no hay conversación o negociación alguna, pues el derecho a elecciones libres, democráticas y secretas es una obligación que tienen los países con sus ciudadanos y de sus ciudadanos a defenderlas.

La dictadura venezolana pudiera acceder a diálogos o negociaciones, únicamente por la presión internacional, sanciones a sus funcionarios y cómplices que están tras las cortinas de esta desagradable pesadilla nacional que pone a prueba la eficacia de los organismos internacionales, que de manera autónoma o coordinada están combatiendo la impunidad ante los crímenes de lesa humanidad cometidos continuamente en Venezuela, pero nunca lo llegarán a hacer tan pronto mientras sigamos de brazos cruzados.

Entonces, ¿nos volvemos a ver en las calles o continuamos esperando un milagro?

[email protected]

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional