COLUMNISTA

La gratitud como filosofía de vida

por Ismael Cala Ismael Cala

La gratitud es una actitud de vida. Cuando agradeces, reconoces que tu existencia está llena de bendiciones.

Esta semana, Russell Wilson, el jugador mejor pagado del fútbol americano, regaló a cada colega 12.000 dólares de acciones en Amazon en agradecimiento por la protección que le brindan en cada partido. «Ustedes han invertido en mi vida… esta es mi inversión en la de ustedes», dijo el jugador en una carta de agradecimiento.

En una investigación llevada a cabo por los doctores Amit Kumar y Nicholas Epley, y que contó con la participación de casi un centenar de individuos, se midieron los efectos que producía escribir cartas de agradecimiento a personas cuya ayuda fue relevante para lograr un cometido.

Allí se evidenció que las personas tendemos a subestimar el efecto real de una nota que exprese gratitud hacia los demás. Sin embargo, quienes reciben estos gestos tienden a vivir un gran momento de euforia, porque perciben la calidez humana de quien demuestra su afecto.

El maestro Deepak Chopra nos recuerda que «la gratitud es una fuerza inmensamente poderosa que podemos usar para expandir nuestra felicidad, crear relaciones de amor e, incluso, mejorar nuestra salud».

Una investigación de la Universidad de Minnesota sugiere que el nivel de agradecimiento se hereda en 40%. La pregunta lógica aquí es: ¿tenemos una predisposición a la gratitud o es algo que necesitamos cultivar deliberadamente?

El maravilloso hecho de respirar es de por sí la mayor razón para vivir desde la gratitud. Una vez que lo reconocemos, la gratitud se incorpora de manera automática en nuestro andar por la vida y nos permite ver los obstáculos como oportunidades para crecer.

La manera en que vivimos los desafíos puede hacernos perder consciencia de ello. Es sencillo agradecer las cosas buenas que nos pasan, pero ¿qué sucede cuando aquello que tanto anhelamos no se da?

Piensa en ese instante en el que te encontraste completamente atascado, cuando los obstáculos estaban a todo volumen y los temores se vislumbraban. Precisamente, ese es un buen momento para estar agradecidos. Porque nos ayuda a ver la situación de una forma que puede disminuir el pánico, y a abrir el pensamiento a nuevas soluciones.

La gratitud pone las situaciones en perspectiva. Si somos capaces de ver tanto lo bueno como lo malo, se hace más difícil quejarse. ¡Adopta la gratitud como filosofía de vida y prepárate para recibir lo que anhelas!

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