El carbón está dejando de ser importante en el mix energético norteamericano y el gas natural está ingresando a suplir ese vacío que deja el carbón. El gas es más barato y viene desde el fracking, odiado por algunos ultraconservadores de la extrema izquierda.
Desde 2005, la generación eléctrica vía carbón cayó drásticamente, aunque aún el carbón conserva un sólido 14% en el mix energético norteamericano.
Auque las plantas de generación eléctrica vía carbón están en menos uso y son menos competitivas, aún hay mucha electricidad vía carbón en el mercado norteamericano.
Sin embargo de ello la energía eólica y solar que es limpia y abundante, y que además disminuyó su costo de producción, está también expandiendo su presencia en el mix energético norteamericano.
Siempre hemos convenido –y coincidido, en todo caso – con investigadores expertos que el gas reduce las emisiones de C02, no en el grado óptimo pero es un vehículo de transición entre fósiles y nuevas energías. Y eso es indiscutible. El gas tiene 30% del mix que es un terreno ganado al carbón.
Un análisis del influyente The New York Times recoje la opinión de un experto con relación a la infraestructura energética norteamericana, particularmente de plantas de tratamiento de gas, de ductos, etc: «La infraestructura de gas que se construye hoy estará con nosotros durante 30 años» (Daniel Cohan, profesor asociado de ingeniería civil y ambiental en la Universidad Rice). Vale decir que las inversiones que se hacen en ese sector son de largo plazo.
El dilema que está empezando a ser visto es ¿más gas natural o definitivamente más inversión en renovales para apurar el paso y bajar a cero emisiones en 2050? La tarea no es nada sencilla porque implica: miles de millones de dólares en inversión para dejar de lado al carbón 14%, al petróleo 37% y al gas 29%. Creo firmemente que el gas natural aún tiene mucho por aportar para mover al mundo.
De momento no creo que hayan legislaciones que promuevan generación de electricidad con cero emisión de carbono, dadas las inversiones en fracking que el capitalismo norteamericano está ejecutando.
Me adscribo, simplemente, a las palabras de un experto que indica: «En este momento, el gas sigue siendo la opción más rentable para nosotros» (Kenneth Jennings, director de estrategia y política de energías renovables de Duke Energy).
El desafío de los prorrenovables que buscan electricidad generada con cero emisiones de carbono es mejorar la tecnología y costos de producción de electricidad vía solar (resolviendo, además, el tema del almacenamiento de energía solar).
De seguro van a haber mejoras en la tecnología y costos. Ya las renovables aportan con 11% al mix energético norteamericano, impensable cifra en el año 1990. Pero ello es gracias a que los costos se redujeron y la tecnología mejoró. La ecuación perfect es esa: menos costos de producción de electricidad vía solar y mejor condición tecnológica para ir reduciendo la porcentualidad del petróleo y el gas del mix.
Creo que aún faltan algunos años para que otro grupo de ambientalistas enarbolen la bandera de “no al gas y cero emisiones con renovables 100%”, ello requiere más tiempo de maduración porque se necesita, sencillamente, más inversión privada y pública para llegar a ese punto.
No es verdad tampoco que el fracking –que extrae petróleo y gas vía nuevas modalidad antes muy costosas– haya puesto en espera a las renovables. Sencillamente no es verdad. Estados Unidos –y cualquier país– necesitan energía barata y la mejor forma de lograr aquello hoy, con emisiones de carbono reducidas, es utilizar el gas natural explotado vía fracking.
Es verdad lo expresado por Ben Fowke, director ejecutivo de una importante firma, que indica que “llegar a 100% de energía libre de carbono probablemente requerirá una nueva tecnología que pueda suplantar al gas natural como un combustible de respaldo rentable. Algunas posibilidades incluyen quemar hidrógeno limpio en lugar de gas en las centrales eléctricas, desarrollar técnicas que permitan capturar y almacenar el carbón producido por las centrales de gas, energía nuclear avanzada o la invención de nuevas técnicas de almacenamiento de energía, pero el perfeccionamiento de esa tecnología probablemente requeriría grandes inversiones».
La clave es seguir reemplazando energéticos buscando mejores, menos contaminantes y más baratos. En algún momento de la historia el carbón fue el energético por excelencia, luego el petróleo, más tarde en el gas natural y en un nuevo tiempo serán las renovables; pero de momento –cuando hablamos de momento es en este ciclo de al menos 20 años– hay un mix que en algún punto va a ser liderado por el gas natural.