Hace mucho tiempo se escucha poder ayudar a las naciones en medio de la crisis política de corrupción que traspasan derechos, garantías y libertades económicas, como la devaluación de la moneda, que repercute en la degradación de los derechos fundamentales.
Existe la posibilidad, eso está muy bien inventariado por los medios, sobre el rescate del tesoro nacional de cualquier país desviado, a través de la corrupción en múltiples cuentas bancarias y activos, fuera de las fronteras, que pueden servir para los programas de desarrollo, creación de empleo, emprendimiento de esas nacionales.
De todo esto se tiene el precedente de estas acciones ya que, después de la Segunda Guerra Mundial, se crea un programa de fondos de la incipiente, para ese entonces, Unión Europea, que sirvieron, tanto para la reconstrucción de los países arruinados por el conflicto bélico producido entre fascistas y comunistas a escala mundial, como para la ayuda directa en inversiones financieras, tomando en cuenta las poblaciones arrasadas por el hambre.
La historia muestra cómo dichos fondos económicos, constituidos en planes o programas de recuperación de variadas categorías, junto a las libertades civiles, sirvieron, además que sirven, para la creación de empleo y reconstrucción de la asolada Europa por la guerra.
Por ejemplo, posterior a la guerra mundial se dieron una continuidad de créditos a miles de ciudadanos, que escapan de la ruina, la hambruna, dejadas por la ambición del modelo tiránico de controlarlo todo, con sus nefastas consecuencias para alemanes, franceses, italianos, e incluso, españoles, que si bien estos últimos no participaron en el conflicto mundial, por no estar en condiciones, ya que venían levantándose de la guerra civil entre facciones comunistas y fascistas en España, los segundos encarnados en la figura de Franco.
Por otro lado, cabe destacar que en el gobierno de Estados Unidos, se parlamentó de poder recuperar el dinero de los países oprimidos por delitos de corrupción en activos y cuentas extranjeras para ayuda financiera directa para las naciones saqueadas por la corrupción.
Hoy por hoy, se observa, a través de los medios, el crecimiento de grandes volúmenes de captaciones de tesoros públicos nacionales, sin ser destinados estos al rescate económico, para la ayuda directa en la reconstrucción y recuperación de naciones arrasadas por el saqueo de sus riquezas.
Pues bien, a través de programas de fondos económicos financieros de recuperación nacional se le puede hacer frente a esa política de botín de guerra, que se sigue ejerciendo sobre las riquezas captadas del erario público.
Para concluir, se subraya que las riquezas en cuentas de bancos extranjeros o activos, provenientes de la corrupción, han de constituirse en programas de fondos de reconstrucción y recuperación, para poder servir de vehículos económicos financieros a los millones de personas en éxodos por el mundo, ante sistemas tiranos, que impidan la entrada a modelos de respeto por los derechos, libertades y garantías económicas.
Es conocido que las condiciones naturales de cualquier régimen totalitario, tirano, instaurado, prohíbe, como ha impedido ayudas humanitarias, en reiteradas ocasiones, ante tragedias económicas y naturales, que podrían haberse evitado en otros escenarios de garantías por parte del sistema.
Formular programas de fondos de recuperación para la reconstrucción, creación de empleos, es una política de imperiosa urgencia y necesidad, pero no para la distribución del botín entre distintos grupos, partidos y facciones económicas políticas, sino para la inversión directa en la creación de empleo a la presente generación.