El 5 de diciembre de 1958 el presidente de la Junta de Gobierno y profesor universitario de la UCV, Edgar Sanabria, decretó la Ley de universidades. Desde ese entonces por resolución conjunta de la Federación de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv) y el Consejo Nacional de Universidades (CNU), se celebra cada año el Día del Profesor Universitario, y es una oportunidad para rememorar que la autonomía de las universidades es un compromiso ineludible del Estado venezolano y de sus comunidades académicas con la institución. Por consiguiente, a la luz de este hito histórico, es oportuno y pertinente reafirmar:
Que la institución universitaria se constituye en pilar esencial de progreso, dada su misión rectora de gestionar procesos continuos de enseñanza-aprendizaje generadores de talento humano y bienes de capital tecnológico. Consiguientemente, para consolidar la senda del crecimiento sostenido se requiere una universidad que active la potencial sinergia entre gobierno, empresas y universidad. Por ende, se necesita la inversión de capital e infraestructura en todas las universidades, que complemente el justo y necesario presupuesto para gastos de funcionamiento y beneficios laborales (salarios entre otros) indexados. Además, lo sensato en lo institucional, académico y económico es redimensionar y reestructurar los procesos académicos y administrativos, de forma que se ajusten a la realidad, con el fin de optimizar los recursos disponibles en pro de la formación integral de nuestros estudiantes y en beneficio de la sociedad a la cual nos debemos.
Que la Apunet como institución representativa de los profesores de la Universidad Nacional Experimental del Táchira siempre ha asumido y seguirá asumiendo un rol pertinente y responsable como mediador y orientador en la búsqueda de la solución o salida democrática de los problemas de nuestra universidad y la sociedad sobre la cual tiene su radio de acción e influencia, y más aún en la actual crisis económica, política y humanitaria que padece la sociedad venezolana en general. Todo ello apegado y en plena concordancia con el Estado Constitucional de Derecho, y en particular al sistema normativo expresado en la Ley de universidades: “…en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre”… “colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales”.
Que no obstante de la quiebra económica y descapitalización patrimonial que padecemos los venezolanos en general y los universitarios en particular, los profesores universitarios nos resistimos a renunciar a nuestra vocación de formar seres integrales, e igualmente ratificamos nuestra inquebrantable disposición a contribuir de manera cívica e institucional en buscar la integración de todos los poderes, instituciones y organizaciones del Estado venezolano en el norte de reconformar un pacto social dentro los principios fundamentales y articulado de nuestra carta magna (1999), y sobre todo basado en la conciencia humanitaria y la sensatez ciudadana, y no en la fuerza de las armas y la irracionalidad de la violencia.
Que es apremiante atender como equipo gremial federativo una agenda comprometida con nuestros colegas profesores: estructura salarial con poder adquisitivo, HCM, IPP, previsión social, situación de los jubilados frente a la III CCU, efectos regresivos y confiscatorios del impuesto sobre la renta en relación con el salario de 2017, formulación propia de la convención colectiva, etc. Por tanto, urge la necesidad de seguir contando con una Fapuv que pueda consolidar su condición de órgano legítimo y representativo del personal académico, fiel a sus principios estatutarios, basada en el consenso y respeto al pensamiento crítico, fundada sobre bases sólidas, reales y objetivas de solidaridad, y con la visión única y compartida de alcanzar de manera sostenida el desarrollo integral de todos sus integrantes.
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