¿Hay alguna relación entre el éxito y la felicidad?
Para nadie es un secreto que los humanos siempre hemos sido impulsados por la búsqueda de la felicidad, lo que explica porqué algunos científicos y psicólogos han dedicado sus vidas a encontrar una respuesta para la pregunta así formulada. Entre los que conozco que han hablado sobre el tema están Albert Einstein, Raj Raghunathan; los médicos Andrew Olenski, Matthew Abola y Anupam Jena y un filósofo al que, por los momentos, solo identificaré con las iniciales de su nombre:
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Por allá en 1922, Albert Einstein estaba de gira por Japón cuando recibió, de manos de un mensajero, la noticia de que había ganado el premio Nobel de Física. No le dio propina sino que garabateó una nota en un papel con un consejo sobre cómo vivir una vida feliz: «Una vida tranquila y modesta trae más felicidad que la búsqueda del éxito en medio de una constante discordia». Por allí hay una leyenda que pone en la boca de Einstein estas palabras: «Tal vez, si tienes suerte, esta nota será mucho más valiosa que solo una simple propina».
Raj Raghunathan profesor de Mercadeo en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, escribió un libro publicado en 2016, titulado Si eres tan listo, ¿por qué no eres feliz? Su teoría, soportada por abundantes y comprobables hallazgos científicos, es simple de esbozar: la felicidad es un concepto individual semejante a un globo, que se desinfla con 7 malos hábitos y que se infla con 7 buenos hábitos. El libro ha desembocado en un curso virtual exitoso (4,8 sobre 5 con 3.076 calificaciones hasta el 24 de junio de 2018) ofrecido en Coursera con el título A Life of Happiness and Fulfillment (Una vida de felicidad y realización), diseñado por la Indian School of Business, con una duración de 6 semanas.
Entretanto, los médicos Andrew Olenski, Matthew Abola y Anupam Jena publicaron su trabajo el 14 de diciembre de 2015 en el British Medical Journal (The BMJ). El BMJ es una revista médica de publicación semanal en el Reino Unido por la Asociación Médica Británica. El título del trabajo es Do heads of government age more quickly? y que a efectos de este artículo he traducido como: ¿Envejecen más rápidamente los presidentes?
Olenski, Abola y Jena estudian una muestra de 540 candidatos a elecciones, de los cuales 279 resultaron ganadores y 261 fueron primeros finalistas y que nunca ocuparon el cargo objeto de la elección. Utilizaron una técnica conocida como la Regresión de Cox (llamada así por su creador, el estadístico británico David Roxbee Cox), consistente en una regresión lineal no-ordinaria que permite explorar la relación entre la supervivencia de un paciente y varios factores explicativos sobre ella.
La conclusión del trabajo de Olenski, Abola y Jena es que la elección de un presidente está asociada con un aumento sustancial de su riesgo de mortalidad en comparación con los candidatos finalistas. Esta conclusión la podemos replantear así: ser electo presidente tiene un efecto nocivo en la salud del elegido.
Lo anterior nos conduce directamente al tema del estrés. Los trastornos emocionales y físicos que se han relacionado con el estrés incluyen depresión, ansiedad, ataques cardíacos, derrames cerebrales, hipertensión, trastornos del sistema inmunológico que aumentan la susceptibilidad a las infecciones, una serie de trastornos virales que van desde el resfriado común y el herpes al sida, ciertos cánceres, así como enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple. Para ver los efectos del estrés sobre la salud humana solo tienen que acceder, por ejemplo, al portal del American Institute of Stress (www.stress.org/stress-effects/): allí se listan los 50 signos y síntomas comunes del estrés.
Pues bien, luego de 19 años de ininterrumpido fracaso, mantener el poder a cualquier costo en nuestra destruida Venezuela implica que el grupo que nos desgobierna bien pudiera estar bajo condiciones extremas de estrés, lo cual y según los hallazgos en la materia, lo conduce a un deterioro acelerado de su salud.
Así, entre la inoperancia de la oposición “conviviente” con la ANC y la decidida solidaridad de una comunidad internacional cada vez más numerosa, la única ayuda interna que tenemos es la del estrés: poco a poco irá haciendo lo suyo.
Sobre lo planteado por el filósofo IL les escribiré en un próximo artículo.
c.e.tinoco.g@gmail.com