Sabemos que en los estantes de los supermercados no encontramos alimentos de primera necesidad como arroz, harina, pasta, aceite; lo propio ocurre en las farmacias donde no se consigue ni medicamentos para combatir una fiebre. Ni hablar de la inseguridad que nos agobia en las calles y el desempleo, una catástrofe para la juventud que aspira a superarse producto de su esfuerzo.
En las calles del país abundan la inseguridad, el hambre y el desempleo, factores fundamentales para ejercer el control social por parte de la tiranía comunista que se instaló en el país. Las esperanzas de los venezolanos cada día se diluyen como sal en el agua y la opción más segura es huir de Venezuela, mientras otros se aferran a los traficantes de ilusiones que han sembrado como esperanza una salida electoral, pacífica, democrática y constitucional desde luego me refiero a la Mesa de la Unidad Democrática, especializados en jugar con el deseo de libertad de una nación y utilizan a cada ciudadano para lograr sus intereses personales y partidistas.
Se ha instalado en Venezuela no solamente un Estado marxista-comunista, sino con la particularidad del narcotráfico. Entramos en una fase del comunismo profundo donde queda evidenciado que no hay una oposición real al sistema, sino que pretenden convivir bajo las reglas de las mafias un matrimonio a conveniencia del status quo, lo que se traduce en colaboracionismo con el narco-régimen-comunista. Dos años en la Asamblea Nacional y fueron incapaces al menos de derogar las leyes comunales, todo lo contrario auparon el populismo y el modelo socialista promoviendo leyes como el aumento de pensiones y misiones “sociales”. Hoy solo nos queda el sabor de un triunfo aplastante que obtuvimos en 2015 y lo ratificamos en el plebiscito.
De antemano, hay que decirlo, participar en el proceso convocado por la ANC-comunista es colocarle el sello al comunismo legalizado en Venezuela. Muchos afirman que este proceso electoral es constitucional solo basta con decirles que no lo convocó el CNE, la fecha y el mes lo impuso la constituyente comunista.. Todo proceso electoral que se lleve a cabo tiene como objetivo legitimar la tiranía de Nicolás Maduro con el beneplácito de una falsa oposición que se ajusta a las reglas del narco-sistema que se instauró en la nación.
Ni hora cero, ni toma indefinida de Venezuela, ni 350, ni desobediencia cívica, 130 días de arduas protestas, más de 120 fusilados por la tiranía comunista de Maduro y Cabello con ayuda de La Habana y con colaboración especial de la MUD, juntos forman el socialismo del siglo XXI. Hoy se profundiza el Estado comunal con las misiones sociales, el aumento de la represión, la toma ilegal de la poca propiedad privada que aún permanece en el país, el control pleno de los medios de comunicación, que dicho sea son complacientes con la tiranía, es el avance de la aniquilación de la libertad individual de cada ciudadano. Por otro lado hay una sociedad que exige que se cumpla su mandato para nombrar nuevos rectores del CNE y un gobierno de transición, pero la dirigencia acusa de divisionista al ciudadano que clama Libertad porque la agenda de ellos es ocupar “espacios” para llenarse de dinero a través de los negocios que representa cada gobernación.
Hay que asumir que vivimos en comunismo y que debemos actuar en consecuencia, en primer lugar olvidarnos de la MUD y organizarnos como una verdadera oposición al sistema, que sabemos que lo sacaremos ejerciendo presión de calle y aceptando ayuda internacional porque lamentablemente esto es lo que hay, comunismo.
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