El país llega a un punto extremo de la crisis, producida por la implantación forzada de un modelo de colapso, caos y destrucción que, para mantenerse en el poder, el régimen liderado por Nicolás Maduro ha forzado sobre Venezuela. Una crisis que golpea a todos los sectores de la sociedad venezolana como ninguna otra en nuestra historia y que se ha desbordado internacionalmente con enormes consecuencias en la región y el mundo.
En este contexto convulsionado y de grandísimas dificultades se han activado las fuerzas sociales y políticas, articulándose alrededor de la necesidad vital de buscar una salida del actual régimen y la crisis que este ha generado. La gran mayoría de los venezolanos reconoce la inviabilidad del actual modelo y responsabiliza al grupo en el poder por las dimensiones insoportables de la tragedia que estamos viviendo.
El miércoles 23 de enero millones de venezolanos salimos a las calles de toda la nación para exigir un cambio, a pesar de la represión y el hostigamiento oficial, de los sistemas de control como los CLAP o el carnet de la patria, del secuestro de instituciones y vías de expresión democráticas, de la censura y propaganda del régimen.
Este 23 de enero evidenció para la historia el encuentro de los venezolanos, desde todos los estratos sociales y los diversos grupos que hacen vida en el país, para expresar su rechazo rotundo al régimen madurista y para asumir un compromiso de salida a la crisis y de construcción de una nueva Venezuela.
Esta manifestación de rechazo a la dictadura también pudimos verla en las movilizaciones de cientos de miles de venezolanos en distintas ciudades del mundo, que están unidos a quienes permanecemos en el país en la lucha por la democracia, demostrando, además, que Venezuela no se restringe a un espacio físico, sino que existe en cualquier lugar en el que se encuentre un venezolano.
Juan Guaidó, quien ha liderado desde inicios de este año la lucha por la democracia, al asumir la Presidencia de la Asamblea Nacional y competencias del Ejecutivo, le habló claro al país y trazó una ruta, desde la no violencia, para lograr una transición para Venezuela. Este es un momento de inflexión y abre paso a una nueva etapa, inédita, compleja y extremadamente delicada, en el proceso hacia un gobierno de transición y la celebración de elecciones libres.
Los venezolanos, tanto internamente como desde el exterior, estamos asumiendo nuestro papel histórico de presionar para lograr esa transición en Venezuela.
El llamado en estos momentos es a conjurar los demonios de la violencia y avanzar hacia la restitución de las vías democráticas y la convivencia nacional, que posibiliten el bienestar y el desarrollo de todos en el país. Continuar articulados en torno a las necesidades comunes de superación del modelo oficial destructor y la participación activa para el logro de un cambio inclusivo y pleno.
Para el sector militar es un llamado a asumir su responsabilidad histórica y constitucional. Reconocer que tanto ellos como sus familias viven la misma situación de penuria y hostigamiento que todos los venezolanos. Escuchar al país que los conmina en esta hora, no a la inmolación insensata y la violencia, sino a formar parte, junto con su pueblo, de la construcción de una nueva realidad, justa, democrática y de bienestar.
Este 23 de enero ha expresado, de forma contundente y multitudinaria, nuestra voluntad compartida de superar al régimen y su modelo. Ha mostrado los esfuerzos increíbles que estamos haciendo, todos, para construir un futuro, lejos de la tragedia que este régimen representa.
robertopatino.com
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