COLUMNISTA

Estamos en caída libre

por Juan Fernández Juan Fernández

Los expertos señalan cómo el rebalanceo del mercado petrolero se ha venido logrando más rápido de lo esperado. Con este propósito los países de la OPEP y los No-OPEP acordaron una reducción de suministro. De esta forma se irían disminuyendo los excesos de los inventarios, con el objetivo de mantenerlos en el promedio de los últimos cinco años. Por el lado de la demanda de energía es importante indicar las expectativas de crecimiento del PIB en la economía mundial, que es de 3,9% según el FMI, lo que significaría una demanda de 1,5 millones de barriles por día más que en 2017, una demanda total mundial de 100 millones de barriles por día. Todo lo anterior en busca de aumentar y mejorar el precio del crudo.

Bajo la premisa de un mercado balanceado, los eventos geopolíticos pasan a ser un factor determinante en la formación del precio. De hecho, hoy en día los participantes del mercado petrolero y del financiero están pendientes de ellos.  Por ejemplo, la posibilidad de imponer sanciones a Irán por parte de Estados Unidos afectaría su producción petrolera. Los iraníes, con una producción actual de 3,8  millones de bpd, son el tercer productor de la OPEP, luego de  Arabia Saudí con 10 millones de bpd e Irak con 4,4 millones de bpd.

Otro ejemplo, la semana pasada, luego de la reunión en Jeddah entre un grupo de productores para analizar la extensión del acuerdo de reducción, aumentó el precio del Brent a su mayor valor desde finales del 2014; pero la respuesta del presidente Trump, un tweet con una fuerte crítica a la OPEP, hizo bajarlo.

También el caso de Venezuela es de atención para los participantes. De hecho, la Agencia Internacional de Energía y organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial observan la caída de la producción venezolana como un factor con graves implicaciones para la economía interna y para el balance de la oferta y la demanda del mercado global.

Los últimos eventos ocurridos en Venezuela, como el otorgamiento de plenos poderes al M/G Quevedo para efectuar desde el ministerio transacciones relacionadas con la industria petrolera, desplazan a Pdvsa de su actividad medular. Ahora tiene la potestad de adjudicar directamente contratos de todo  tipo, de servicios petroleros, compra de insumos, productos, crudos, y por otro lado efectuar fusiones, eliminar, crear empresas, incluyendo por supuesto a Pdvsa. Es un tema muy discutido por la corrupción mostrada e incluso investigada por la propia supuesta revolución en Pdvsa.

También afecta el anuncio de la decisión del proceso de arbitraje llevado por Conoco-Phillips, en el que se tendría que compensar a la petrolera por 2.040 millones de dólares que el país no tiene.

Sin embargo, el caso de atención en esta nota se dedica a Chevron, pues supuestamente en el marco del Decreto 44 se justifica el arresto de 2 ejecutivos de esta empresa petrolera que, según la información pública al respecto, se negaron a firmar un contrato que sería otorgado por la vía de una adjudicación directa, sin un proceso de licitación competitivo y con sobreprecio. Hoy están bajo arresto con cargos supuestos que incluyen traición a la patria.

Las empresas petroleras internacionales que operan en el país han venido tomando medidas con respecto a su personal y lo han sacado del país, incluidos ahora el resto de los ejecutivos de Chevron. Anteriormente fueron los ejecutivos de Repsol y así todas las empresas del sector. El caso de las empresas de servicios como Schlumberger, que ha declarado pérdidas de más de 900 millones de dólares por la falta de pago de Pdvsa, su presidente Paal Kibsgaard ha dicho que la producción venezolana está en caída libre. La misma situación la tiene Halliburton, que declaró pérdidas por cuentas incobrables de Pdvsa.

Esta situación con respecto a las empresas internacionales que operan en Venezuela lleva a plantearse el efecto que tendría si toman la decisión de irse. A priori, el colapso no sería únicamente de la industria petrolera sino del país.

Calcular las dimensiones es difícil y el impacto social en la población impredecible. A veces uno se pregunta si existe la suficiente conciencia de la gravedad de la situación en la que la supuesta revolución ha inmerso al país y la necesidad urgente del retorno de la democracia, de la igualdad de oportunidades. Pero la naturaleza de estos regímenes es mantener el poder y ejercer el control social mediante la pobreza, ahora ya convertida en miseria. Para simplificar la explicación acerca de dónde nos encontramos y hacia dónde podríamos llegar, hay dos escenarios probables:

Base

Entre los diferentes analistas del mercado hay un consenso de que la producción venezolana continuará cayendo este año hasta ubicarse en 1,2 millones de barriles por día. De esa producción hay un consumo de 450.000 barriles por día del mercado, cuyas pérdidas por la errada política de precios son evidentes para todos los venezolanos; además, hay que agregarle las obligaciones del pago de las deudas con China y Rusia, que como sabemos es con crudo, así que asumamos que se destinan 500.000 barriles por día. El saldo remanente es de 250.000 barriles por día, con lo cual no sobrevive la economía venezolana y mucho menos el suministro a países como Cuba, razón probablemente por la cual Maduro fue el primero en visitar al nuevo mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel.

Colapso

Si las empresas transnacionales deciden abandonar el país, considerando la inestabilidad política, la inseguridad jurídica y personal, la falta de medidas para efectuar cambios estructurales en la economía a fin de corregir la hiperinflación, la convertibilidad y devaluación de la moneda, la renegociación de acuerdos de pago de la deuda financiera y comercial, etc., el grupo HFI Research plantea el escenario de una producción total para Venezuela de 650.000 barriles por día. Es decir, el colapso total.

La estimación de HFI en cuanto al déficit de suministro generado por los escenarios implicaría entre 700.000 y 1,5 millones de barriles por día que buscarían ser suplidos por otros productores y seguramente con un precio igual o mayor al actual del mercado. Sin posibilidades de recuperación en el corto plazo de la producción venezolana.

Una consideración general de los análisis es la falta de una gerencia conocedora del negocio petrolero. La opinión acerca del M/G Quevedo es muy mala, tanto interna como externamente. Luce como el enterrador de Pdvsa. En consecuencia, pareciera ser que el petróleo será la razón de la salida de quienes hoy gobiernan malamente a Venezuela. Estamos ya en caída libre.

@JFernandeznupa