Quiero comenzar dejando bien claro que ciertamente ha sido –y es– importante el apoyo de la mayoría de los países del mundo, pero también hay que reconocer el trabajo en equipo de años, que no llegó de la noche a la mañana ni por arte de magia. Por supuesto que la figura de Juan Guaidó ha sido una pieza fundamental, junto a toda la dirigencia política y la Asamblea Nacional, pero sobre todo a una ciudadanía que se ha sumado nuevamente a la lucha por el cambio; en fin, aquí no hay protagonista, es un trabajo en equipo y unidad, que debe cuidarse y mantenerse para poder culminar con éxito el cambio que todos deseamos y que bien adelantado está.
Hago esta acotación por la sencilla razón de que he escuchado ya a individualidades hablando de su candidatura presidencial, lo que sin lugar a dudas es de mal gusto; y más cuando a estas alturas nadie sabe cuál va a ser el desenlace.
Lo otro que quiero dejar claro es que desde que el colega Juan Guaidó asumió la presidencia de la AN, y hasta los momentos, ha sido muy cuidadoso y responsable al no hablar de que al gobierno le quedan días u horas. Se ha pedido apoyo, confianza y paciencia. No podemos caer en la irresponsabilidad del pasado, como lo hicieron algunos de nuestros dirigentes, de ponerle tiempo a la salida de Nicolás Maduro y ese cambio de rumbo urgente que necesita el país.
Por otro lado, vemos a Diosdado Cabello recorriendo el país, reciclando gente de un estado a otro para hacer ver el supuesto apoyo que tienen. Entre las marchas que han convocado en las últimas semanas, la más patética a nuestro juicio, fue la convocada para «defender» a Pdvsa; incoherente además que los mismos que la quebraron sean los que se movilicen en su supuesta defensa. Lo cierto es que cada vez son menos los manifestantes de aquel lado, como igualmente pasa con la producción de la estatal petrolera.
Por cierto, hay que preguntarse: quién llevará a la Casa Blanca las supuestas firmas que están recogiendo en apoyo a Maduro, si a todos les revocaron la visa. Les recomiendo que vayan verificando las tarifas de alguna de las empresas de encomienda a ver si alguna le presta el servicio y le llevan las rúbricas.
Lo que sí es real es que cada día se acerca más la hora de la verdad, y hay que ver si el gobierno a través de las FAN va a ser capaz de negar la entrada de esos insumos médicos y alimenticios para unos 300.000 venezolanos víctimas de la irresponsabilidad del gobierno, y que se encuentran en riesgo de muerte y urgidos de la emergencia humanitaria, que, de paso, es propicia la ocasión para recordar que tanto que han gastado en sistemas de defensa para terminar usando dos containers y una cisterna en la frontera para, según, impedir el paso de la ayuda humanitaria proveniente –por ahora– de Estados Unidos. Auxilio que no es una limosna como lo quiere hacer ver el gobierno, es simplemente humanidad.
Colaboración basada en la responsabilidad de proteger a través de la norma de seguridad internacional y de derechos humanos que fue concebida en la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas de 2005. En pocas palabras, este apoyo es una solución concreta para salvar vidas.
Insisten los voceros del régimen en hablar de una invasión que nadie quiere, pero que además la realidad es que estamos invadidos desde hace rato por Cuba, China, Rusia y ahora Turquía; así como la otra invasión que tenemos y que tampoco queremos: la de los explotadores de nuestro pueblo, a través de los bachaqueros en plena vía pública y en las aceras de los mercados; ante los ojos complacientes de las autoridades. Tengamos fe en que todo eso cambiará y que vamos bien.
dip.omaravila@gmail.com
@OmarAvilaVzla