El cuadro internacional que se perfila para este nuevo año crea incertidumbre y vislumbra la constitución de nuevas alianzas estratégicas que pueden originar confrontaciones y un ambiente más hostil a escala mundial. Las relaciones en un mundo globalizado son dinámicas, influyen positiva o negativamente en todos los países y regiones, y nunca están exentas de nuevas amenazas.
Se cumple este 2018 el 70 aniversario de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la creación del sistema multilateral del comercio con el GATT. Esas iniciativas fundamentales del orden internacional evidencian claros desafíos ante el retroceso del “equilibrio internacional” y las nuevas tendencias autoritarias y antidemocráticas que han mutado en respuestas a las presiones del orden regido por la visión democrática y liberal de las potencias occidentales.
Serán realidades determinantes de estos tiempos la lucha contra el terrorismo y la criminalidad organizada, los retos ante el acelerado fenómeno migratorio, la inercia de la Organización Mundial del Comercio, la corrupción global, el debilitamiento del multilateralismo y las amenazas entre Estados Unidos y Corea del Norte. El conflicto árabe-israelí se acentúa en Medio Oriente con las disputas entre Arabia Saudita e Irán. Tenemos focos críticos por posibles conflictos sociales en países como Ucrania, Irán, Suráfrica y Venezuela, que a su vez determinarán reacciones regionales. Estados Unidos y Europa, por una parte; Corea del Norte, Rusia y China, por la otra, serán factores determinantes del equilibrio o desequilibrio este año que puede ser tan confrontacional como el que dejamos. Como lo expresó el secretario general de la ONU, 2017 fue un año decepcionante.