Hermes Ramírez, tarotista, numerólogo y astrólogo, no hará predicciones sobre la crisis venezolana para 2018. ¿Y qué razones ha argumentado el señor Hermes para no darlas a conocer? Esto es lo que dijo: “Porque son muy drásticas, crudas, crueles y muy difíciles”. Sin querer, nos dijo el nombre de su escenario: “Trébol sin hojas” (“No leaf clover”, Metallica, S&M, álbum, 1999).
Ahora bien, mientras esperamos por Adriana Azzi y por Misterpopo celestial, he compilado para ustedes, amigos lectores, algunos escenarios aparecidos en prensa y portales nacionales. Aquí van.
Los primeros son de Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB. Están redactados en términos de una palabra un tanto técnica para nuestro hablar cotidiano: la “autocratización”. Los escenarios son tres, dos de autocratización y uno de democratización. Primer escenario: plantea la “autocratización electoral”: por las razones por Alarcón esgrimidas, la oposición no vota y todo queda concentrado, electoralmente, en Nicolás Maduro. A propósito y según El Nacional en fecha 1 de enero, Roy Daza, miembro del PSUV, aseguró que había consenso en el PSUV en torno a la candidatura de Maduro. Sin embargo, y según la misma fuente en fecha 7 de enero, Rafael Ramírez, también miembro del PSUV, afirmó que “aún no se ha decidido que Maduro sea el candidato del PSUV”. Segundo escenario: la “autocratización de facto”, misma que implica la suspensión indefinida de elecciones por la asamblea nacional constituyente. Tercer y último escenario: la “democratización electoral”. A este tercer escenario lo he llamado “Sigamos soñando”, ustedes saben, un escenario a lo Tomás Moro (Utopía, 1516), con hadas y con pitufos: a pesar de la monstruosa ventaja que la institución electoral concede al gobierno, la oposición se presenta unida con un candidato de consenso (que no es Claudio Fermín) y una estrategia electoral impecable que garantiza como mínimo, una transición política decente.
Para Thaís Peñalver, abogada, profesora universitaria, articulista y autora, hay cuatro escenarios posibles, basados todos en la hiperinflación como objetivo perseguido de manera consciente y voluntaria por el gobierno. Primer escenario: el régimen ataca la hiperinflación con algún éxito, sin embargo, la hiperinflación se mantiene (y por ello se deduce que el gobierno también, aunque ella no lo aclara). Segundo escenario: la hiperinflación tipo Zimbabue entre 2009 y 2013, es decir, el gobierno, de manitas con la oposición, ataca la hiperinflación y la misma cede tímidamente (tampoco lo aclara, pero se deduce que el gobierno se mantiene en el poder). Tercer escenario: la hiperinflación arrasa con todo incluso con el gobierno. Cuarto y último escenario: la hiperinflación arrasa con todo pero el gobierno permanece.
En tercer lugar tenemos los de Nicmer Evans, politólogo, en ciertos círculos llamado, cariñosamente, “el Aprendiz” (Fantasía, Walt Disney, 1940). Sus escenarios son más simples que la dieta de un hipertenso. Primer escenario: el gobierno de Nicolás Maduro continúa. Segundo escenario: otra vez el denominado “Sigamos soñando”. Tercer y último escenario: la salida violenta del gobierno por dos vías o bien por conmoción social o bien por una intervención extranjera que, de paso, también acaba con la actual intervención cubana.
Si bien para la fecha en que escribo este artículo aún no se han hecho públicos los escenarios actualizados de Datanálisis, Ecoanalítica, Michael Penfold (el artículo de Penfold “El futuro de la negociación en dominicana”, publicado en Prodavinci el pasado 15 de diciembre contiene escenarios implícitos, pero no formaron parte del análisis en éste artículo) y algunos otros que seguramente aparecerán hacia el primer trimestre de 2018, comparto con ustedes dos grandes debilidades que presentan los escenarios arriba mencionados.
Una es que no parecen constituir futuros diferentes, sino variaciones sobre un mismo futuro o tema. La otra es que, recogiendo los escenarios una secuencia de hechos en los que sus variables conformantes interactúan bajo ciertas circunstancias e incertidumbres, ninguno hace referencia expresa y reposada a una variable e incertidumbre fundamental: el papel que jugarían los militares en cada uno de esos futuros posibles.
Amigos lectores, la variable y la incertidumbre asociadas a los militares es de tal importancia que el pasado viernes 5 enero, con motivo de las nuevas sanciones, en esta oportunidad a cuatro funcionarios y ex funcionarios del gobierno venezolano por parte de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la vocera del Departamento del Tesoro, Heather Nauert, tuiteó que los miembros de las fuerzas armadas no pueden esperar inmunidad, pero sí pueden evitar sanciones respetando el Estado de Derecho y cambiando su comportamiento.
Me pregunto: ¿será acaso que para los profesionales que hicieron públicos tales escenarios, los militares son una variable-incertidumbre descartable?
c.e.tinoco.g@gmail.com.ve