Si el gobierno es el principal interesado en que el pueblo no se exprese libremente, sin presiones y de forma secreta en las urnas electorales, nada más adecuado para el momento que vive el país que la decisión tomada por la Mesa de la Unidad Democrática de convocar a unas primarias para el 10 de septiembre, con el fin de escoger a los candidatos de Unidad en aquellos estados en los cuales fue imposible lograr un consenso.
Pero, además, es interesante que la MUD ha podido sobreponerse a todos los obstáculos que el gobierno ha colocado con el objetivo de evitar que la disidencia acuda fortalecida a las elecciones regionales que, por cierto, aún no tienen fecha y eso revela la improvisación con la cual el régimen está manejando el tema.
Las primarias del 10 de septiembre deben ser una fiesta electoral similar a la vivida el 16 de julio en la consulta popular. El pueblo con entusiasmo y conciencia debe acudir a votar por el mejor candidato o candidata que los representará como factor democrático ante la dictadura oficialista.
Las primarias no se tratan de cualquier cita electoral, sobre todo tomando en cuenta el delicado momento que vive Venezuela. Quien piense que las calles se apagaron, está totalmente equivocado, y ahora la protesta tendrá un fuerte contenido social ante el avance arrollador de la crisis. Las primarias son parte de esa agenda de calle.
Esta es una lucha larga y compleja. En lo personal, nunca lo he ocultado. Y tiene esa complejidad como consecuencia de las cualidades de quienes ocupan el poder. Al no ser demócratas no entienden que la alternabilidad es un signo de la democracia y para nada es un signo de debilidad.
No son tiempos para frustraciones inducidas por un aparato de propaganda que trabaja 24 horas al día para intentar dividir, desmoralizar y desmovilizar a la oposición. Entendamos que en la mayor parte de los mensajes que usted recibe en su teléfono o a través de sus redes sociales son parte de esa operación psicológica de régimen.
Ante las pretensiones del gobierno, lo mejor que pueda hacer cada venezolano que desea un cambio es participar en las primarias, si en su estado les corresponde, y activarse para apuntalar una victoria que debe ser arrolladora, reveladora y motivadora en las elecciones regionales. El voto es la única arma que tenemos los demócratas.