COLUMNISTA

Educando a los hijos

por Arminda García Arminda García

Al analizar la importancia de la educación en la familia y la dedicación que los padres deben brindar a sus hijos, se puede decir que esto no es una tarea fácil y no existen  fórmulas mágicas ni  previamente aprendidas.

De esa forma, debe prevalecer ante todo el deseo de hacerlo lo mejor posible y establecer ciertas pautas para lograr resultados satisfactorios. Y lo más importante, que este esfuerzo redunde en el equilibrio  del hogar y en la felicidad de ellos.

Por otro lado, los hijos, tanto niños como jóvenes, observan la conducta de sus padres como los patrones que deben seguir, por esta razón deben revisar cuáles comportamientos o acciones rutinarias están influyendo de manera negativa o positiva en su formación y en la conducta de ellos, para así corregirlas o fortalecerlas.

Esa actuación podría implicar aspectos como el respeto a las normas, las buenas costumbres, códigos de cortesía, cumplir responsabilidades, entre otros, que se pueden aprovechar para sentar en ellos las bases de prácticas correctas. Esto los hará mejores individuos en la sociedad, mediante el ejemplo que les brindan sus padres.

Otro aspecto que los progenitores deben aprender a manejar es la sobreprotección excesiva, la cual, sin dudas, responde a la intención de evitarles peligros o problemas. Sin embargo, la vía más efectiva para enseñarles a desenvolverse en la vida es que aprendan a dominar las distintas situaciones imprevistas en el camino, permitiéndoles que vivan sus propias experiencias. Cometer errores, explorar el mundo estableciendo límites, les permitirá madurar y crecer. Los papás deben entender la relevancia de estas vivencias propias y hacerles ver a sus hijos que estarán allí apoyándolos, tanto en los momentos malos como en los buenos.

Para educar adecuadamente también es importante la comprensión y el entendimiento basado en la comunicación, que facilite un verdadero diálogo en el que niños y jóvenes se sientan con la confianza suficiente para expresar sus ideas, sus opiniones  y emociones. Los padres podrán aprovechar ese nexo logrado a través de la retroalimentación para orientarlos y conversar sobre temas que puedan incluso representar riesgos o peligro para ellos. Además, les permitirá escuchar sus problemas para brindarles el apoyo que necesitan.

Efectivamente, los padres tienen una gran responsabilidad en cuanto a la educación de sus hijos, que debe permitir su crecimiento adecuado como ser humano. Ellos requieren figuras paternas que puedan representar un buen ejemplo y apoyen la necesidad de vivir sus propias experiencias como parte de su crecimiento, que les proporcionen una relación de confianza basada en el diálogo que les permita sentirse escuchado y comprendido. Aunque esta tarea no es fácil, los progenitores deben hacer un esfuerzo por brindarles en el hogar la formación y el equilibrio que requieren para ser mejores personas.