COLUMNISTA

Educación en pro del ambiente

por Arminda García Arminda García

El planeta ha sufrido graves cambios debido al mal uso de los recursos naturales, utilizados por el hombre para subsistir y progresar. Por esta razón, resulta prioritario hacer esfuerzos con el fin de tratar de revertir estos efectos tan dañinos. En este sentido, la educación ambiental puede aportar soluciones al problema, pues es una forma útil para evidenciar la relación que tiene la crisis ecológica, con la conducta inadecuada y el mal uso de los recursos naturales.

La educación ambiental consiste en todos los esfuerzos organizados y programados que deben cumplirse de forma continua, a través de estrategias educativas, para así lograr que los individuos tomen conciencia sobre la grave situación global. Asimismo, evidencia cuál es la conexión verdadera entre el comportamiento de los miembros de la sociedad y los daños ecológicos existentes, con el fin de lograr los cambios necesarios en su actitud, en beneficio del correcto uso de la naturaleza.

Igualmente, a través de la educación ambiental, se busca brindar la información vital, para que se formen criterios conservacionistas y tomen decisiones responsables. Así, busca enseñar a los individuos la importancia de contar con pensamientos críticos, demostrándoles mediante el aprendizaje las distintas caras del problema. Esta formación, se puede canalizar de manera formal o informal, a través de instituciones educativas, en la familia y en la sociedad.

Entre algunas de las razones que justifican la necesidad de desarrollar la educación ambiental se pueden mencionar que, en primer lugar, brinda a disposición de la sociedad información y conocimientos para que tengan una idea más clara de estos problemas globales, y así, tome conciencia para generar un compromiso personal y colectivo. Además, motiva la participación activa de los interesados en resolver la crisis ecológica.

De esta forma, permite a las personas formase hábitos más adecuados en cuanto a la utilización cuidadosa de los recursos naturales, que son tan necesarios para el avance del planeta. Por otro lado, facilita el análisis y el entendimiento de las causas que afectan al ambiente, así como la repercusión que tienen los modelos productivos para que puedan tomar las mejores decisiones.

Por último, cabe destacar que la educación ambiental solo podrá cumplir su cometido si se fortalece su presencia, tanto en la educación formal como en la informal, incluyéndola en pensum de estudios y realizando convocatorias o actividades con ese fin. Asimismo, se debe reforzar en el seno del hogar, pues es en la familia donde se forman los valores y se puede combatir la irresponsabilidad sembrando una cultura ecológica, a través de la formación de principios conservacionistas de sus miembros como base de la sociedad.