COLUMNISTA

Eduardo Galeano, el intelectual que soñó que jugaba fútbol

por Jorge Iván Garduño Jorge Iván Garduño

El fútbol ha penetrado tantos y tantos espacios que el ámbito intelectual no se ha librado de ser uno de ellos. Fútbol y literatura están vinculados estrechamente gracias a grandes escritores e intelectuales de todo el orbe.

Décadas atrás era evidente el menosprecio que los intelectuales mostraban por este deporte convertido en un espectáculo para que reditúe como un negocio muy lucrativo, en los últimos años muchos de esos mismos literatos manifiestan alegremente y sin rubor alguno su entusiasmo por el mismo.

Escritores como Albert Camus, Vicente Verdú, Javier Marías, Enrique Vila Matas, Manuel Vázquez Montalbán, Mario Benedetti, Juan Villoro, Rafael Pérez Gay y Eduardo Galeano, cada cual en su momento, en su lugar y en medio de sus propias circunstancias, han confesado sin ambages desde su simple gusto hasta su incontrolable pasión por este deporte, y algunos de ellos incluso han dedicado obras completas a la exploración de este juego convirtiéndolo en su personaje principal de novelas, ensayos y poemas.

Intelectuales que no solo han reconocido sino además presumido una y otra vez su ferviente afición por el fútbol, y así lo han enaltecido.

En sentido contrario (¿pero complementario?) están casos como los de Jorge Valdano y César Luis Menotti, o incluso como los de Josep Guardiola y Marcelo Bielsa, todos ellos «gente de fútbol» que también manifiesta su interés en otras materias y su preparación más allá del simple juego, para así demostrar que pensar en fútbol dentro de la cancha o desde la banca no impide seguir pensando en cosas más importantes al salir del estadio. Como la escritura, la arquitectura, otros deportes, y hasta la ciencia y las artes pictóricas.

Así, mientras esperamos que se incremente la gente de fútbol que piense más allá del mismo, sigue el incremento de los pensantes enamorados de este juego y que al escribir sobre él son capaces de instalarlo en otra dimensión.

Primero, fútbol y literatura transitaron por caminos no solo distintos sino aparentemente irreconciliables.

Después, poco a poco, a partir de la literatura fueron tanto los autores como los lectores acercándose al fútbol; y ahora, a partir del fútbol hay quienes producen maravillosa literatura.

Hablemos del caso del desaparecido escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015), magnífico intelectual que alrededor del fútbol generó literatura de altos vuelos, autor de Cerrado por fútbol y El fútbol a sol y sombra, ambos editados y publicados por Editorial Siglo XXI, dos espléndidas joyas de uno de los máximos intelectuales de nuestro tiempo, quien escribió en castellano sobre uno de los deportes que apasiona a una afición llena de adrenalina.

Cerrado por fútbol reúne todos los textos que Galeano escribió sobre fútbol, la mayoría dispersos en su obra publicada, pero también varios inéditos y verdaderos hallazgos, como la crónica en la que, con solo 23 años, llama “traidor” al Che Guevara en persona por haber adquirido en Cuba la pasión por el beisbol. Las páginas proponen un recorrido por la historia del fútbol, desde la época en que un jugador recibía una vaca por cada gol hasta el tiempo de los jugadores multimillonarios agobiados por el éxito, incluido el relato de los diez futbolistas que se pintaron la cara de negro en solidaridad con su compañero discriminado por la hinchada; también le dedica líneas a uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos: Diego Armando Maradona, “el hombre que no podía vivir sin la fama que no lo dejaba vivir”, y de Zidane, que en su último partido embistió a un rival y se retiró expulsado de un Mundial mediocre.

Por su parte, El fútbol a sol y sombra rinde homenaje al fútbol, música del cuerpo, fiesta de los ojos, y también denuncia las estructuras de poder de uno de los negocios más lucrativos del mundo.

Escribiendo este libro, Eduardo Galeano ha querido hacer con las manos lo que nunca pudo hacer con las piernas. Cuando era niño quería ser jugador de fútbol, pero solo jugaba bien, y hasta muy bien, mientras dormía. Ya que al despertar no bien caminaba un par de pasos y pateaba una piedrita en la vereda, ya confirmaba que el fútbol no era lo suyo. Por lo que no tuvo más remedio que probar algún otro oficio. Intentó varios, sin suerte, hasta que por fin comenzó a escribir.

El fútbol a sol y sombra es la edición definitiva que escribió Eduardo Galeano para el Mundial de Brasil 2014.

Eduardo Galeano creía que el fútbol expresaba “emociones colectivas”, esas que generan “fiesta compartida o compartido naufragio, y existen sin dar explicaciones ni pedir disculpas”. De esas pasiones nos habla en estos extraordinarios textos.

Acércate a la obra que Eduardo Galeano escribió respecto a una de sus más grandes pasiones, pero escrito como solo un intelectual de nuestro tiempo podría haberlo hecho.

Sin duda dos libros imprescindibles para cualquier aficionado del fútbol y amante de la obra de Eduardo Galeano.