COLUMNISTA

¿Dónde vivimos?

por Sabino Armenise Sabino Armenise

Intentar dar la dirección de nuestra casa a otra persona no es tan difícil, y menos ahora con Smartphone y las miles de aplicaciones que existen para estos cacharros inteligentes… ¿Pero qué ocurriría si tu amigo no fuera de este planeta? ¿Cómo le explicarías a alguien de otra galaxia, a años de años luz de la Tierra, dónde vives? ¿Sabrías explicar dónde está la Tierra en el cosmos? Bueno aquí te dejo una ayuda.

La Tierra es el tercer planeta que orbita la estrella llamada Sol, nuestro Sol. Y este guapo y apuesto rubio, es uno de los miles de millones de soles que integran nuestra galaxia, la Vía Láctea, la cual tiene una forma de tipo espiral, similar al repelente de insectos que todos tuvimos en casa en algún momento.

Nuestra galaxia, como cualquier metrópolis terrestre, está llena de estrellas y planetas, y se le puede distinguir por dos zonas, el centro y el disco. El centro, también llamado bulbo o “casco antiguo”, es el lugar donde viven las primeras estrellas y un gran agujero negro denominado Sagitario A, y otros miles de menor tamaño. El disco, de menor antigüedad que el centro, es la incubadora de estrellas y de planetas, y el sitio de nuestro barrio cósmico.

Este barrio específicamente está ubicado en uno de los brazos del Brazo de Orión, entre los de Sagitario y Perseo. La Vía Láctea, nombre dado por los antiguos griegos por su color blanquecino al ver el cielo en una noche despejada, es una de las tres galaxias más grandes y forma parte del Grupo Local, integrado por las galaxias Andrómeda y Triángulo y otro grupo más pequeño de caseríos cósmicos.

El Grupo Local, a su vez forma parte del Supercúmulo de Virgo, que pertenece al Supercúmulo de Laniakea, la cual contiene unos 100.000 barrios cósmicos o galaxias, con una masa equivalente a unos 100.000 cuatrillones de estrellas; puede que existan unos 6 billones de supercúmulos igual a Laniakea (número más, números menos).

Pero claro, toda esta serie de nombres tan “cool”, por supuesto que no sería ni remotamente entendible por otra civilización cósmica, si existe, por supuesto. Entonces, ¿cómo podemos dar una dirección con precisión?

Bien, aquí entran los púlsares, que son estrellas de neutrones que rotan sobre sí mismas a una altísima velocidad y emiten de manera regular radiación electromagnética en el rango de radio, rayos X y rayos gamma. La señal de estas radiaciones puede ser percibida a millones de años luz de distancia, en otras palabras, los púlsares son un faro cósmico. Por tanto, al conocer la posición de por lo menos tres púlsares y su correspondiente frecuencia de emisión de radiación, estaríamos hechos: nuestro amigo intergaláctico podría llegar fácilmente a nuestro planeta y a nuestra casa.

Aunque pudiera parecer ciencia ficción o inclusive surrealista, la verdad es que de esta manera se inscribió la dirección de la Tierra en las placas de oro que viajan a bordo de las sondas espaciales Pioneer y Voyager lanzadas en 1973 y 1977, respectivamente; pero en lugar de emplear 3 púlsares, en la placa se inscribieron las posiciones de 14 púlsares “visibles” desde la Tierra.

Llegado a este punto, no me queda más que desearte buena suerte, espero que tu amigo cuente con una nave bastante rápida como para llegar antes de que ya no estemos aquí.

“Existen más estrellas en el cielo

que granos de arena en todas

las playas del mundo”

Carl Sagan