John Hawksworth, Hannah Audino and Rob Clarry del equipo de PwC’s Economics, en el Reino Unido, han proyectado el futuro de la economía mundial para 2050. Las revelaciones son interesantes. Creen que la economía mundial duplicará su tamaño para esa fecha. Eso significa crecimiento, más bienes, avances tecnológicos y servicios. Para ello, una importante condición: que el populismo no se apodere de los países, y que una imprevista catástrofe natural no haga retroceder este crecimiento. Si el cambio climático no se detiene cualquier proyección se va por la borda.
Una buena noticia es que algunos países emergentes serán el combustible del crecimiento económico: las economías del E7 pueden aumentar su PIB de 35% a 50% y China seguirá siendo la mayor economía del planeta. La India estaría en segundo lugar e Indonesia entre las cinco primeras. México está en la lista superando a Reino Unido y Alemania. La mala noticia es para los 27 que quedarían en Europa si no hay nuevas deserciones, lo que reduciría 10% su crecimiento y las dejaría por debajo de la India que, junto con Vietnam y Bangladesh, serán las economías de más rápido crecimiento. Brasil, Turquía y Nigeria deberán hacer mayores esfuerzos y superar sus “tormentas” políticas.
Esta potencialidad dependerá de reformas estructurales, garantía de estabilidad macroeconómica y superación de la dependencia de materias primas. Venezuela no aparece, aunque perfectamente podría haber estado al lado de los nuevos gigantes. Me atrevo a decir que en ese año estarán nuestros nietos estudiando las dos décadas perdidas con el chavismo y reconociendo el esfuerzo que el país estará haciendo por tener una economía sólida y predecible y que la producción y la inversión estarán a la vuelta de la esquina.