1. Necesitamos una salida pacífica. Millones de ciudadanos sufren por falta de alimentos y medicinas, por la galopante inflación y la inseguridad. El mundo nos ve como lo que somos, un desastre.
2. La nación que pierde viabilidad económica en el concierto global y se sumerge en el fango de los peores males. La situación arrastra a millones de venezolanos a la desesperación. Amenazamos nuestro crecimiento demográfico con emigraciones masivas.
3. Damos los pasos certeros a una confrontación mayor que puede terminar en una guerra civil o en una intervención multilateral.
4. El gobierno perdió popularidad y no hay manera de que la recupere. Maduro no recobra el legado que le dejó Chávez.
5. Las redes perversas del paraestado se extienden sobre el país: narcotráfico, corrupción, trata de blancas, minería ilegal, crimen organizado, paramilitarismo.
6. La democracia se debilitó de tal manera que ningún sector político confía en el otro. La AN no tiene capacidad de aplicar lo que legisla y la ANC es írrita en su origen, forma y contenido.
7. El gobierno solo cuenta con la cúpula militar, no tiene fuerza social ni moral, y la oposición solo tiene votos y sin poder institucional.
8. Hay que negociar para recuperar la confianza internacional. No hay créditos ni inversiones mientras no se supere la crisis nacional.
9. Para poder elegir un nuevo presidente y un nuevo gobierno. De esta crisis se sale con un nuevo gobierno y un gran acuerdo nacional de reconstrucción económica, de confianza e institucionalización del país.
10. Para que los actuales gobernantes tengan opción de evitar una salida violenta.
En definitiva, hay que negociar para que el país se recupere del desastre y se puedan corregir el mayor número de daños colaterales causados en estos tiempos turbulentos. Quienes ostentan el poder deben entender que llegó el momento de negociar.
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