Escribo este artículo hoy, jueves 21 de febrero, para entregarlo el viernes 22 a fin de que sea publicado el domingo 24. Lógicamente, no puedo conocer el desarrollo de los acontecimientos que están por ocurrir en nuestras fronteras. En este sentido, es muy preocupante que ya empiezan a circular rumores sobre la posibilidad de que la Fuerza Armada Nacional y grupos paramilitares al servicio de la dictadura madurista traten de impedir violentamente el ingreso a nuestro territorio de la tan ansiada ayuda humanitaria. También he observado dos hechos que me han llamado la atención: el desespero que muestra Nicolás Maduro y el valor que tuvo un grupo de ciudadanos de enfrentar a la Guardia Nacional para forzar el paso y continuar su viaje hacia San Cristóbal. En previsión de esta circunstancia, hace unos días, el Frente Institucional Militar se dirigió a los integrantes activos de la Fuerza Armada Nacional, a través de un trascendente comunicado, en el cual le hicieron ver la obligación que tienen de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional destacando, particularmente, que “la legítima Asamblea Nacional tiene la potestad, según lo establece el artículo 187 constitucional, de autorizar el empleo de misiones militares extranjeras en nuestro país, como por ejemplo apoyar la ayuda humanitaria”. Sin embargo, hasta este momento no se ha contemplado la presencia de efectivos militares de otros países en la entrega de esa ayuda, la cual será realizada exclusivamente por civiles venezolanos
Me es imposible, como ya lo afirmé, determinar cuál será, en definitiva, el escenario que surgirá, el día 24, cuando este artículo sea publicado. De todas maneras, permítanme reflexionar un poco sobre los posibles hechos que pueden haber ocurrido el día de ayer y las consecuencias, positivas y negativas, que ellos podrían tener para Nicolás Maduro y Juan Guaidó. Un primer escenario podría ser el siguiente: Nicolás Maduro permite el ingreso de la ayuda humanitaria a nuestro territorio. Esta decisión, tomada de esta manera, tendría de inmediato tal impacto negativo en el precario ascendiente que aún conserva sobre algunos de sus subalternos que su ilegítimo gobierno se terminaría de desmoronar. En contrapartida, Juan Guaidó, ante el éxito logrado, fortalecería su liderazgo y el reconocimiento nacional e internacional. Un segundo escenario podría ser el siguiente: la Fuerza Armada Nacional, obediente a Nicolás Maduro, reprime con gran violencia a los venezolanos que acompañen la ayuda humanitaria, obstaculizando su ingreso a nuestro territorio y violando sus derechos humanos. Esos hechos traerían por consecuencia un incremento inmediato de las sanciones políticas y económicas contra el régimen madurista, debilitando aún más su gobierno y posiblemente la suspensión del “Mecanismo de Diálogo” impulsado por la Unión Europea y Uruguay. Juan Guaidó, fortalecería su liderazgo si mantiene la serenidad y el coraje demostrados hasta el presente.
Un tercer escenario podría ser el siguiente: la absurda decisión de Nicolás Maduro de impedir la entrada de la ayuda humanitaria tiene que estar creando en los pueblos fronterizos, sometidos al hambre producto de la hiperinflación, la paralización de todos los hospitales, el colapso de los servicios públicos, y la inseguridad por la presencia del ELN y del crimen organizado, que no dudo que esté surgiendo una importante presión, por los propios familiares de los cuadros militares, que puede conducir a una desobediencia pasiva en las unidades de la Fuerza Armada Nacional y se permita a los venezolanos viajar masivamente a Cúcuta a disfrutar el histórico concierto que se desarrollará, el 22 de febrero, en esa ciudad y que, al mismo tiempo, produzca un colapso de la seguridad fronteriza ante la presión de miles de venezolanos y se tenga que permitir el ingreso de la ayuda humanitaria sin ningún tipo de problema. Si llegase a ocurrir esta situación en las unidades militares fronterizas se crearía tal grado de desmoralización en los cuadros militares a nivel nacional que, sin lugar a dudas, se comprometería la estabilidad del régimen madurista y se debilitaría, de manera importante, la autoridad del ministro de la Defensa y de los altos mandos.
Estos acontecimientos habrán surgido como respuesta a la inaceptable vocación totalitaria del régimen madurista, la cual ha conducido a una inaceptable discriminación de amplios sectores sociales en medio de la represión y la violación de sus derechos humanos. Definitivamente, Nicolás Maduro y la corrupta camarilla que lo rodea no aceptan renunciar pacíficamente el poder. No les importa terminar de destruir a Venezuela con tal de preservar los escandalosos beneficios que obtienen. Definitivamente, cualquier escenario que se haya generado el día de ayer debilitará de tal manera al régimen madurista, que difícilmente recuperará su capacidad de reacción ante una realidad política que, desde hace tiempo, se ha hecho inmanejable. Esta absurda situación se transformará en un complejo reto para la Fuerza Armada Nacional. ¿Se impondrá la equivocada visión de los altos mandos que han ordenado reprimir a nuestro pueblo para defender el régimen de Nicolás Maduro o mayoritariamente los cuadros militares rechazarán esa posición y defenderán el derecho que tienen los venezolanos de decidir su destino mediante unas elecciones democráticas, justas y equitativas que permitan la formación de un nuevo gobierno que inicie en paz la recuperación de Venezuela? Espero que haya sido esta última la decisión que hayan tomado. Si no lo hicieron, el destino de la patria y de nuestra Institución habrá quedado seriamente comprometido.
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