No fue la capital argentina, ni Santiago de Chile, ni Río de Janeiro la escogida –por citar algunas de las ciudades más populosas del continente– por el gigante de las ventas online Amazon para instalar el Centro de Servicio a sus clientes en Suramérica. Fue Bogotá.
Fue una decisión estratégica en la que la principal ciudad del país vecino tuvo que competir en serio con otros centros urbanos organizados y capaces de proveer una infraestructura de servicios y una red de transporte para atender las compras de los usuarios. Ya la empresa había abierto operaciones administrativas tanto en Buenos Aires como en Río con un sustantivo número de empleados para estas tareas y con un importante centro de reclutamiento de personal que alcanza a Chile , pero había dejado para un poco más tarde la decisión de selección su “Hub”dedicado al servicio global a sus clientes..
Colombia se llevó la palma del subcontinente y se convierte, desde el mes que viene, en el sexto centro mundial y en el segundo de Latinoamérica de esta naturaleza que la gran empresa que nació antes de fin de siglo instala para este fin. Otro centro de características similares ya había sido abierto en Costa Rica y este servirá de soporte a Colombia, al igual que México que es el sitio desde donde se almacena, se empaca y se envían productos a otros países de la región en la actualidad.
Colombia ya cuenta con experiencia en su relación con Amazon porque ya maneja una oficina de soluciones en la nube muy activa desde hace poco más de un año. Sin embargo, el tamaño y la complejidad del nuevo Centro de Servicios requieren de atención particular por parte de las autoridades desde múltiples ángulos, siendo el laboral y el comercial los dos más destacados. El reclutamiento de personal ya está en marcha y la convocatoria se encuentra en su página web.
Es en el terreno comercial donde tanto el país como Amazon encontrarán los mayores retos, pues una altísima proporción de los artículos que pueden ser adquiridos por los medios digitales tiene su origen fuera de la geografía colombiana y al mismo tiempo desde Colombia se atenderán despachos a otros países de la región.
Este movimiento estratégico del coloso de las ventas es una apuesta de calibre. Si en Estados Unidos el comercio virtual está muy generalizado y más de la mitad del mismo lo concentra Amazon, en los países centro y suramericanos ese no es el caso. Desde Colombia les tocará animar al consumidor a adquirir a través de los medios digitales, pero sobre todo deberá realizar un esfuerzo importante en popularizar las ventas a través de tarjetas de crédito, lo que constituye, quizá el mayor de sus escollos tanto en Colombia como en los países cercanos.
En definitiva, la expectativa en el país vecino es grande porque esta nueva operación comercial de gran escala motorizará la economía del país en su conjunto. Colombia en los próximos meses se encontrará bajo la lupa continental y es importante decir que si su situación geográfica es privilegiada, no es ese el elemento decidor en esta determinación de Amazon de consolidar una presencia activa en el medio hispano parlante y Brasil.
Colombia es uno de los países de la región en los que el ambiente de negocios es más atractivo y donde la preparación para el trabajo de sus clases medias profesionales y técnicas es notoria. Tiene, sin embargo sus dificultades en materia impositiva, pero nada que no pueda ser resuelto con buena disposición del lado de la empresa y del lado del gobierno, toda vez que el marco regulatorio es proclive a la inversión externa y estable. Asi lo ha calificado el Banco Mundial en sus investigaciones sobre los mejores ambientes para el asiento de capitales foráneos.
El hecho es que este país cuenta con los elementos claves para convertirse en un imán para operaciones internacionales de gran escala. ¡Buena apuesta la de Amazon!