Para los individuos no existe forma de coexistir en una misma sociedad sino es con base en el intercambio comunicacional, entendiendo este como el canal que permite compartir ideas y conceptos. Interactuar, efectivamente, en la vida diaria, tanto en lo familiar como en lo laboral, exige a las personas saber comunicarse para que los demás puedan entender lo que quieren decir y lograr una buena comprensión.
Una excelente manera de facilitar este proceso puede ser entregando un mensaje claro al receptor, para así evitar confusiones utilizando las palabras precisas y adecuadas, sin ambigüedades. Por otro lado, es importante dejar abierta la retroalimentación para generar un verdadero intercambio, pues la comunicación efectiva se logra escuchando a los demás y permitiendo que el receptor emita sus respuestas, de manera que quien comunica tome en cuenta su opinión y exista una verdadera interacción doble vía.
También es importante aceptar las diferencias entre puntos de vista, evitar adoptar una actitud a la defensiva para poder visualizar cuáles son las causas de los malos entendidos. Reconocer las discrepancias significa, además, demostrar respeto e interés por los otros para tratar de llegar a acuerdos o al equilibrio deseado en distintas situaciones, a través del entendimiento mutuo. Por eso, es importante que el diálogo fluya en buenos términos, aun si ambas partes no están de acuerdo después de todo.
Del mismo modo, es oportuno enfocarse en el tema, no dejar a un lado el objetivo del diálogo, no desviarse durante la discusión para comunicarse de manera consistente, pues si no es así esto le restaría consistencia a los distintos argumentos o planteamientos. Por otro lado, es importante recordar que la comunicación no solo es verbal, sino que existen muchos factores que influyen, como el lenguaje corporal, las posturas y los movimientos del cuerpo, que demuestran determinadas reacciones, las cuales también hablan por sí mismas.
Finalmente, se puede destacar que la capacidad para comunicarse de manera efectiva permite comprender a los demás, y en eso se basan las buenas relaciones humanas, pues la comunicación permite emitir ideas y criterios para interpretar efectivamente el pensamiento de los otros, y de esa forma poder demostrar empatía, entendimiento, comprensión, afecto, aceptación o, por el contrario, rechazo.