La constituyente comunal debe y tiene que ser derrotada porque es sumamente perjudicial para los intereses del país. No es más que la respuesta de un régimen desesperado, causante de la mayor crisis afrontada por la nación desde hace casi cien años e incapaz de ofrecer soluciones reales a la misma, para tratar de sostenerse en el poder constitucionalizando la dictadura e imponiendo su proyecto de Estado comunal inspirado en la Cuba castrista.
Lo pertinente en estos momentos para comenzar a ofrecerle salidas ciertas, plausibles y eficaces al drama nacional es el cumplimiento estricto de la Constitución vigente y no esa “prostituyente” exprés con la que nos amenaza la nomenclatura gobernante.
Por cierto, si algún proceso de cambio no debe ni puede tener un carácter exprés es, precisamente, uno constituyente, por la envergadura y trascendencia de su objetivo.
Si no bastara lo antes argumentado para rechazarla (que basta y sobra), las bases propuestas para llevarla a cabo son absolutamente inaceptables por inconstitucionales, antidemocráticas y reaccionarias.
Inconstitucionales son porque no son consultadas al cuerpo electoral, tampoco lo serían las decisiones de la constituyente propuesta. Antidemocráticas son porque el sistema electoral no reflejaría realmente la igualdad del voto y su necesaria representatividad, en otras palabras, está diseñada para que la minoría se transforme, fraude mediante, en mayoría. Reaccionarias son porque una parte del cuerpo constituyente sería elegido con un criterio corporativista propio de sistemas fascistas como el mussoliniano y el franquista.
En consecuencia, lo pertinente en esta hora es convocar a los venezolanos en su conjunto a rechazarla y a boicotear su proceso de convocatoria y a abstenerse militantemente si se llegan a convocar los comicios para elegir constituyentes.
La MUD debe discutir y elaborar en conjunto con todos aquellos sectores partidarios del cambio y contrarios a la constituyente comunal un plan de lucha para enfrentarla y derrotarla.
Si se logra derrotar la maniobra oficialista por la vía de impedir su realización o vaciándola de legitimidad porque el pueblo mayoritariamente no participó en la elección de los constituyentes se le propinará un golpe decisivo al régimen.
La constituyente comunal puede ser para la dictadura chavista lo mismo que el plebiscito para la dictadura de Pérez Jiménez, el principio del fin.
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