La excedida adquisición de equipamiento por parte de Nicolás Maduro en el supermercado de armas en Rusia para someter al parroquiano, humillar al hombre de a pie mediante procedimientos violatorios de los derechos humanos por los comunistas con igual intención y la venta de unidades para reprimir manifestaciones pacíficas por China imperial, parece estar llegando a su final.
Con tal fin la Asamblea Nacional aprobó el reingreso de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca -TIAR- y en consecuencia envió a la Comisión de Política Exterior tal sentencia para que esta instancia legislativa elabore el informe respectivo que permita su reposición.
Al asentar la rúbrica Juán Guaidó, presidente encargado de la república, se cumplirá con los procedimientos de rigor.
Tal circunstancia de inhabilitación de su cumplimiento se produjo cuando el gobernante Hugo Chávez Frías en 2012 denunció el pacto ante la Organización de Estados Americanos, cuando ya se radicalizaba.
El TIAR permite a Guaidó solicitar a los gobiernos de la región su apoyo para evitar el genocidio que lleva adelante Maduro.
Los venezolanos en más de 85% de la población le exigen abandonar la nación.
Venezuela, una nación rica con la mayor reserva de crudos en el mundo, observa cómo la población infantil padece de males que por falta de atención hospitalaria adecuada aumentan sus índices de mortalidad.
La hambruna que sufren por ausentes insumos básicos de subsistencia física está en los mas altos niveles de desnutrición.
Esta falta permanente de alimentos es caldo de cultivo para la existencia de males endémicos que se hacen presente en la nación bolivariana sin que las autoridades sanitarias solventen la situación y amenaza con diezmar poblaciones del continente suramericano.
Males como la malaria, el sarampión, el tifus, la diarrea, la chikungunya, Mal de Chagas, entre otros, ya hacen estragos en los habitantes.
Son tales las penurias ante la crisis social existente, que afecta la psiquis, lo cual se refleja en las estadísticas con una data que asombra al mundo.
Venezuela, país suramericano de baja incidencia en suicidios, hoy según el Observador Venezolano contra la Violencia es líder en América Latina, rivalizando mundialmente con Asia al registrar 28 muertes por cada 100.000 habitantes.
La falta de prevención y cura de las carencias físicas tiene parcialmente su explicación en las afirmaciones hechas por el diputado Carlos Paparoni en TV Venezuela, cuando afirmó que del presupuesto para 2018 solo 8% lo invirtió Maduro Moros en Venezuela.
Los venezolanos con razón afirman que el delincuente común es aliado del gobierno.
Ello se fundamenta al observar que los muertos en manos del hampa alcanzan un promedio de 26.000 por año; sin contar la desaparición forzosa de ciudadanos, como por igual quienes fallecen bajo custodia de la autoridad, o simplemente desaparecen.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social destaca la existencia de 6.211 protestas durante el primer trimestre de 2019, destacando la incidencia política en 2.820 actividades de calle.
Los medios de comunicación independientes a nivel internacional, redes sociales y portales se hacen eco de la persecución de la cual es objeto la población, cuando al protestar en el libre ejercicio de sus derechos por el incumplimiento de la autoridad con su deber a todos los niveles, arremeten los esbirros del régimen contra la indefensa población.
El policía enfrenta a quienes solo portan piedras y palos con modernos equipos de alta capacidad mortal de tiro.
Luego de tales demostraciones, como la acontecida el pasado 30 de abril, los secuaces de la policía secreta dejan un saldo en la población de 5 muertos y 280 presos políticos.
El ciudadano común está esperanzado en la ayuda internacional para enfrentar a iraníes, cubanos comunistas, mercenarios de extrema izquierda, guerrilleros colombianos y otros grupos radicales.
Ver partir a Nicolás Maduro Moros el usurpador y su pandilla es la máxima acción por lograr.