Lamentablemente la Constitución no obliga una mínima preparación académica que garantice los conocimientos necesarios para hacer que las promesas electorales se conviertan en hechos. Para la mayoría de los oficios hay códigos y formación obligatoria. Sin embargo, para gerenciar nuestras comunidades, cualquier electo asume tamañas responsabilidades. De allí que reitero unas ideas en forma de decálogo para una buena gestión local.
1. Gobierne para todos los ciudadanos. Sus amigos déjelos para después de su gestión. Recuerde que gobernar para y con los amigos es una pésima conseja. Sea ante todo honesto con sus electores. Maneje los recursos de la alcaldía con austeridad y apegado a la normativa vigente. En otras palabras, no robe.
2. Concéntrese en las zonas más necesitadas de su comunidad sin descuidar las que estén en mejores condiciones.
3. Luche día y noche contra la basura. Desarrolle un buen método de recolección. Busque empresas con experiencia.
4. Haga cumplir las ordenanzas de civilidad en su comunidad. En todas nuestras ciudades hay normas muy claras en esa materia. .
5. Mantenga los cuerpos de seguridad bien entrenados y en permanente capacitación. Mejore sus salarios y condiciones de vida. Evalúelos y siempre tenga jornadas de comportamiento ético para estos servidores públicos.
6. Acuerde con los empresarios de su comunidad que se responsabilicen de mejorar las zonas verdes y recreacionales de sus áreas vecinas y mantener parques e infraestructuras educativas.
7. Haga respetar las normas sobre expendio de licor. No negocie en esa materia. Verá como reduce el índice de criminalidad.
8. Tape los huecos. Cree sistemas de información, procesamiento y solución del deterioro de las calles y aceras.
9. Busque especialistas en materia urbana, ambientalistas, ingenieros y arquitectos reconocidos en su comunidad. Rescate todo lo que pueda.
10. No gaste en publicidad sobre su gestión. Está demostrado que cuando usted pone su nombre hasta en la tapa de los pipotes de basura genera una reacción negativa.