Con el mayor desparpajo Nicolás Maduro reconoce que el cuento chino de la inflación inducida no era más que una burda mentira. Una y otra vez la nomenklatura roja rojita transmitió al soberano que la inflación que padecemos desde hace años era producto de acciones perversas de la derecha apátrida y el imperio.
El pasado viernes 17 de agosto, con su cara bien lavada, el conductor de Miraflores hizo una serie de anuncios económicos y reconoció que el gobierno emitió dinero inorgánico con el propósito de respaldar las misiones socialistas, la construcción de viviendas, el sistema de bonos del carnet de la patria y los aumentos bimensuales de salarios y cestatickets.
Así, el millardito que Hugo Chávez sustrajo inicialmente de las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela, se transformó en una enorme bola de nieve hasta convertirse en lo que es hoy: la hiperinflación más devastadora del planeta.
Para apuntalar la nueva política “antiinflacionaria”, Maduro y sus asesores del BCV han parido una idea maravillosa; en lugar de respaldar la emisión de los nuevos bolívares soberanos de la forma tradicional –esto es, dólares, oro y derechos especiales de giro–, lo hará de manera revolucionaria: con el petro, la criptomoneda o moneda digital made in Venezuela, basada en la tecnología de la cadena de bloques. A tales propósitos cada petro va a tener un precio asociado al valor en dólares del barril de petróleo que “inicialmente” la dictadura estableció en 3.600 bolívares soberanos. ¿Entendieron?
A lo mejor la revolución hace realidad ese hecho milagroso gracias a sus archiconocidas prácticas brujescas. En tal sentido no hay que perder de vista que el régimen no da puntada sin dedal y que el petro, petwo o pethro es una familia de espíritus en la religión vudú haitiana que se originó en Haití, bajo las extremas condiciones de la esclavitud.
Todo lo anterior nos garantiza entonces que nuestra moneda soberana contará con el escudo protector de nuestras incalculables reservas en excremento del diablo que yacen en lo profundo de nuestro territorio nacional. Ese escudo permitirá que con las nuevas monedas digitales podamos comprar todos los alimentos, medicinas, armamentos, aviones de guerra, autobuses, carros, maquinaria industrial, abonos y químicos para la siembra, joyas, zapatos y carteras de marcas reconocidas que los revolucionarios de cuello blanco claman a gritos. Para comenzar la fiesta magna, el macroeconomista mayor de Miraflores anunció un significativo aumento del salario mínimo, el cual pasa de 30 a 1.800 bolívares soberanos. Ahora sí, todos seremos felices.
Y colorín colorado este cuento se ha terminado.
@EddyReyesT
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