COLUMNISTA

¿Cuándo empezamos a volvernos locos?

por Eugenio Fouz Eugenio Fouz

Dondequiera que se encuentre usted estos días de septiembre le sugiero que levante la vista del periódico que está leyendo y eche un vistazo a su alrededor. Si, como presumo, no está solo en la terraza de la cafetería, compruebe que al menos dos o tres clientes miran embelesados una pantalla. Vea cómo teclean, sonríen y parecen felices mientras usted permanece despierto. No es ajeno a lo que sucede en el mundo real. El mundo en que vivimos se está volviendo loco. Es posible que no haya sido abducido –todavía– por los mundos paralelos. Es posible que sea usted, lector, de esa rara clase de personas que vive la vida como hay que vivirla. Sabe disfrutar de sensaciones auténticas como pasar las páginas de un periódico, resolver un crucigrama a mano, anotar datos en el diario impreso. No tiene síntomas de padecer nomofobia (“no without my mobile phone”). Muchos clientes del establecimiento donde se encuentra ahora sienten la apremiante necesidad de fotografiar el plato de desayuno que están tomando para colgar la imagen en Instagram. Diría que usted es un tipo admirable, capaz de mantener la calma gracias a unos principios sólidamente plantados y una personalidad que hacen de usted un individuo sensato, tranquilo y, en el fondo, un disidente.