“En Venezuela siempre hay un ruido subterráneo que busca minar las bases de sustentación del régimen democrático». Rómulo Betancourt en el Poliedro de Caracas, 1978
El paracaidista que da nombre a este golpe militar castrocomunista disfrazado de segunda independencia bolivariana con y de cuartel hasta hoy, mintió siempre menos cuando en Miraflores advirtió su fracaso con su famoso “por ahora”, frase condicional no entendida por la entonces dirigencia en el poder ni por el pueblo votante que lo eligió siete años después. Tampoco por la MUD y otros entes agregados que por dos décadas simulan no comprender la esencia del socialismo del siglo XXI. Si lo saben pero insisten a contracorriente en diálogos, pactos y votaciones, están mintiendo delictivamente. Y si no lo comprenden, deben renunciar a ese oficio pues hacen tanto daño como los fundadores del totalitarismo bolivarista.
Ese “por ahora” es la clave del zaperoco radicalmente militarista que hoy retarda la transición hacia la libertad de Venezuela. Y de modo peligroso porque es una lucha entre iguales golpistas, conspiradores de tradicional vocación ambiciosa, histórica, ahora centrados en el intento de zafarse cuanto antes de graves culpas para evitar juicios penales internacionales. Es aquel jueguito infantil, hoy infantiloide, de La Candelita en el que se pregunta dónde está el objeto robado. Y los jugadores responden: Por allá fumea…en forma circular, continua, sin fin hasta la fatiga.
Los sectores militares que tuvieron el coraje y la honestidad de enfrentar directamente al Hugo Chávez presidente y su pandilla, como lo han hecho los ahora desterrados fuera o dentro del país y en especial desde el general Raúl Isaías Baduel y otros uniformados constitucionalistas, a saber Oscar Pérez y semejantes en sus momentos, son los únicos dignos de confianza para integrarse en un Frente Ampliado hacia el proceso de verdadera reconstrucción institucional democrática. Que adolescentes y jóvenes se confiesen “chavistas críticos” puede justificarse, pues han nacido bajo la dictadura, han sido adoctrinados y buscan con desespero una ideología compensadora ante el desastre nacional. Pero adultos y mayores con biografías de prontuario criminal demostrado, recibidos y autointegrados como representantes de un presunto chavismo democrático en el Frente Ampliado contra la tiranía castrochavista, es trampa, oportunismo, contradicción, ingenuidad o estupidez, pues ese “Caballo de Troya” acabará con cualquier esfuerzo liberador. Puede llevar a un definitivo autogolpe castromadurista o quién sabe, al regreso del engañoso y letal chavismo originario que se programó para tres generaciones, incluso a la cabeza con el candidato de la actual farsa opositora electoralista. Todo eso, hay que insistir, retarda la liberación venezolana a costa de miseria, esclavitud y duelos.
Y con el agravante de la hambruna y sus secuelas. Porque barriga vacía y enferma no piensa ni sueña, solo abre la boca para recibir hasta veneno del presunto salvador. Acaso le queda la alternativa de luchar, pero eso es con harina de otro costal y obligatoria, necesaria ayuda foránea de cualquier manera.
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